Los sociólogos Alain Touraine y Zygmunt Bauman, dos de los más destacados teóricos de la antiglobalización y "creadores --según el jurado-- de instrumentos conceptuales singularmente valiosos para entender el cambiante y acelerado mundo en el que vivimos", se alzaron ayer con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010, dotado con 50.000 euros. Su candidatura se impuso al otro finalista, el japonés Shigeru Miyamoto, considerado el padre del videojuego moderno.

El jurado destacó que los premiados, que no tienen más relación profesional que el interés por algunos temas comunes, son representantes de "la más brillante tradición intelectual del pensamiento europeo".

Touraine, de 84 años, que se dio a conocer por desarrollar el término sociedad posindustrial, es autor de trabajos fundamentales sobre la sociedad del siglo XX que han permitido entender e interpretar el "sentido profundo de las grandes transformaciones de nuestra época". El profesor, que apoyó la revolución de Mayo del 68 y el movimiento polaco Solidaridad, ha ofrecido en sus más de 50 libros "una reflexión continua y enriquecedora acerca de los problemas derivados de una convivencia necesaria por encima de las diferencias humanas". Opositor a las políticas neoliberales de los 90, Touraine defiende un nuevo movimiento social frente a la globalización y subordinar el desarrollo a los Derechos Humanos.

De Zygmunt Bauman, británico de origen polaco, profesor universitario en distintos países, el jurado destacó su estudio "a fondo de la condición social del hombre posmoderno en un mundo inestable y de valores perecederos". Bauman agradeció este reconocimiento a su "modesta" aportación a la "autoconciencia humana conjunta".

En su análisis de la realidad, Bauman ha acuñado el término de "modernidad líquida". Define la época actual como una era de cambio y movimiento constante, en la que el hombre está huérfano de referencias consistentes y los conceptos son inestables.