Es casual: en Sumatra atacan los tigres, los elefantes se lanzan en estampida... y en una isla cercana, también indonesia, un hombre muere bajo las garras de una especie que casi nunca da problemas: el dragón de Komodo. Ocurrió la semana pasada, cuando un ejemplar del exótico animal la emprendió a mordiscos contra un recolector de frutas. En febrero, un trabajador sobrevivió por poco a otro ataque. Lo extraño es que el animal no suele ser agresivo con los humanos.