Un ordenador, una impresora de última generación y varios cartuchos de tinta especial. No se necesita mucho más para falsificar euros.

La red desarticulada por la policía autonómica catalana y el Cuerpo Nacional de Policía utilizaba esos tres elementos para fabricar billetes de 20, 50, 100 y 200 euros.

En total, los agentes policiales detuvieron en la madrugada del pasado martes a 27 personas: 15 en Barcelona y su área metropolitana, 10 en la Comunidad de Madrid y 2 en la de Castilla-La Mancha.

Los arrestados, a excepción de un ciudadano marroquí y otro de procedencia uruguaya, son parientes de varias familias de nacionalidad española y de etnia gitana.

Todos ellos están acusados de un presunto delito de falsificación de moneda, castigado en el código penal con penas de entre 8 y 12 años de cárcel.

En la operación, los agentes se han incautado de 2,5 millones de euros (416 millones de pesetas) falsificados y un auténtico arsenal que incluye pistolas, armas de guerra, navajas de dimensiones extraordinarias y coches de lujo.

LA MITAD DE LOS BILLETES La mafia, que estaba siendo investigada desde el año 2004, tenía un poder casi absoluto sobre el mercado del dinero falsificado en España.

Casi la mitad de los billetes falsos que fueron detectados durante el año 2004 procedían de sus arcas, según las informaciones de los investigadores.

Los agentes catalanes ofrecieron el miércoles su primera rueda de prensa en Madrid.

Lo hicieron para informar de la operación, realizada conjuntamente con la Brigada de Investigación del Banco de España, un cuerpo que pertenece al Cuerpo Nacional de Policía y que está dirigido por el comisario Angel García.

INTERMEDIARIOS La organización fabricaba el dinero en un chalet de Villaviciosa de Odón (Madrid) y en una caravana ubicada en un poblado de la ribera del río Manzanares.

Una vez que los billetes estaban fabricados, los falsificadores pasaban a venderlos a los intermediarios y éstos, a su vez, los introducía en diferentes autonomías.

Los agentes de la policía autónomica catalana empezaron a investigar la mafia en noviembre, cuando tuvieron constancia de una entrada masiva de dinero falsificado.

El subjefe de la comisaría de investigación criminal, Joan Carles Molinero, explicó que cada mes se realizaban entregas de 60.000 euros.

En Cataluña, la mafia estaba dividida entre los intermediarios y los "pasadores", que introducían el dinero "billete a billete" en pequeños comercios para no levantar sospechas. Por ejemplo, en bares, peluquerías y centros de informática.

Las copias eran de una excelente calidad. La única diferencia con los billetes legales es que el rectángulo que aparece en la parte superior carecía de rugosidad. Además, el sello plateado no cambiaba de aspecto con el movimiento.

Molinero aseguró que la mafia en Cataluña está "completamente desarticulada".

Los miembros de la red dentro de esta comunidad autónoma fueron detenidos en Barcelona; Viladecans, El Prat, Abrera y Castelldefels (Bajo Llobregat); Hospitalet y Esplugues (Barcelonés), y Sabadell (Vallés Occidental). Según las informaciones policiales, casi todos los arrestados tienen antecendentes.