Las organizaciones ecologistas están recelosas de la decisión que adoptará el Gobierno respecto al futuro de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) "por la presión" de las eléctricas, y advierten de que si no cierra esta instalación podría ponerse "en riesgo a la población" para favorecer los intereses de Iberdrola y Endesa.

Un informe no vinculante concluido el viernes por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) considera viable ampliar otros 10 años la vida útil de la central. El futuro de Garoña, ahora, está en manos de lo que decida el Consejo de Ministros, aunque fuentes gubernamentales señalan que José Luis Rodríguez Zapatero podría decidir mantenerla abierta solo un plazo limitado o incluso acordar su cierre inmediato para conseguir el favor de los ecologistas.

No obstante, las organizaciones Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/Birdlife y WWF temen que "el Gobierno puede adoptar una decisión política", según indicó a Efe el experto en Energía de WWF- Adena, Heikki Willstedt. "No contemplamos el futuro con mucho optimismo porque la presión de las empresas eléctricas es muy fuerte", dijo.

Por el contrario, el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid mostró ayer su apoyo a la continuidad de Garoña. En una nota, defendió utilizar de modo optimizado todas las tecnologías, incluida la nuclear, ya que considera imprudente depender solo de una. Desde el punto de vista técnico, justificó su continuidad para ganar tiempo hasta que haya evidencias de despliegue de nuevos proyectos nucleares.