El acuerdo alcanzado por la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, con las compañías eléctricas para fijar la fecha de cierre del parque nuclear entre los años 2025 y 2035 ha cogido por sorpresa a las principales organizaciones ecologistas. Consideran que el acuerdo está hecho a medida de los intereses de las compañías y exigirán al Ejecutivo que no retrase el apagón nuclear definitivo, que el PSOE había fijado en el 2028 en su programa electoral, sino que lo adelante.

La ministra se reunió el pasado 28 de enero con los primeros ejecutivos de las tres propietarias de la centrales (Endesa, Iberdrola y Naturgy). Desde entonces, estas han filtrado a la prensa económica el contenido de un acuerdo que incluye también un borrador de calendario de finalización de las operaciones para cada uno de los siete reactores que aún funcionan en España.

La ministra confirmó el martes la existencia del acuerdo una horas antes de que la organización ecologista Greenpeace y la Fundación Renovables reunieran a un buen número de expertos y operadores en una jornada titulada Un horizonte sin nucleares. Ambas organizaciones hicieron público un comunicado en el que reclaman que el debate se abra al resto de la sociedad.

«El debate necesario es sobre cómo acelerar, no retrasar el inevitable cierre nuclear. El Gobierno no está para rescatar a las eléctricas, sino para defender los intereses ciudadanos», declaró Mario Rodríguez, director ejecutivo de Greenpeace. «No hay que elegir entre el peligro de una catástrofe nuclear o una climática, se pueden evitar los dos», añadió la responsable de la campaña nuclear, Raquel Montón.

Los intervinientes del sector de las renovables, por su parte, aseguraron durante la jornada que estas «están perfectamente preparadas para sustituir el parque nuclear actual».