Los ingentes costos de reconstruir Nueva Orleans tras los destrozos causados por el huracán Katrina no echarán abajo los planes de la NASA para ir de nuevo a la Luna y colocar allí cuatro astronautas en el 2018. "Este programa espacial es una inversión a largo plazo en nuestro futuro", recalcó ayer el administrador de la agencia espacial estadounidense, Michael Griffin, al anunciar los detalles del proyecto planteado por el presidente Bush en enero de 2004.

"Debemos hacer frente a nuestros problemas a corto plazo sin sacrificar las inversiones a largo plazo", continuó. "Cuando tenemos un huracán, no cancelamos las Fuerzas Aéreas, ni la Marina, y no vamos a cancelar la NASA", aseguró, para justificar el empleo de los 104.000 millones de dólares (86 millones de euros) en que se estima la factura.

Con esta suma, cuyo peso sobre las arcas públicas se dividirá a lo largo de 13 años, la NASA financiará la puesta a punto de un nuevo vehículo, un híbrido que combina el transbordador espacial con el tipo de cápsula espacial empleada en el programa Apollo, que colocó a los primeros humanos en la Luna.