Aunque haya iniciado su retirada del Acuerdo de París, Estados Unidos aún está a tiempo de cumplirlo gracias a las actuaciones que están llevando cabo el Congreso, los estados, las ciudades y las empresas. La suma de los compromisos de estos actores subnacionales (así se los denomina en las cumbres) podrían llegar a lograr una reducción de emisiones del 37% en el 2030 respecto al 2005, casi una cuarta parte del recorte necesario.

Solo con que el gobierno federal hiciera su parte se podría alcanzar el 49% que permitiría limitar el aumento de temperatura global a 1,5ºC como persigue el pacto de la capital francesa. Lo que tendría que añadir el gobierno federal no parece mucho, aunque para eso sería necesario que Donald Trump no renovara su mandato el año próximo o abandonara su negacionismo.

Los datos figuran en el informe Acelerando los compromisos de Estados Unidos elaborado por la Universidad de Maryland y el Rocky Mountain Institute y presentado ayer en la Cumbre del Clima de Madrid COP25 con la presencia de una delegación de líderes de esas instituciones subnacionales. Los líderes antinegacionistas participan en dos coaliciones climáticas (We are still in y la US Climate Alliance) que suman un enorme poder territorial. Con el 68% del PIB de los Estados Unidos, serían la segunda economía del mundo, por delante de China. En sus demarcaciones viven el 65% de los estadounidenses y se emiten a la atmósfera el 51% de los gases.

En la Cumbre de Madrid las dos coaliciones se unen en un pabellón estadounidense alternativo, el Centro de Acción climática de Estados Unidos, al que hoy empezarán a llegar personajes de la talla del multimillonario y candidado a las primarias demócratas, Michael Bloomberg o los expresidente Al Gore y John Kerry. Hoy aprovecharán su estancia para reunirse individualmente con el presidente en funciones del Gobierno español, Pedro Sánchez.