Mientras visitaban y aprendían ayer en los centros de salud de Badajoz, sus maridos y hermanos defendían con palos y cuchillos sus casas y su pueblo tomaba las calles para exigir la dimisión de su mandatario Mubarak. Este acontecimiento histórico que se vive en Egipto es seguido con incertidumbre desde Badajoz por ocho enfermeras y cuatro traductores de Alejandría que se encuentran desde la pasada semana formándose en centros de Atención Primaria de la ciudad dentro de un proyecto de cooperación internacional que dirige la Escuela de Enfermería de la Consejería de Sanidad.

Las revueltas y el toque de queda de Egipto las cogió muy lejos de casa. Disfrutaban del viaje, el primero que hacían fuera de su país, hasta que la tensión alcanzó el máximo nivel y el domingo supieron que debido a la situación del país, no se podían incorporar al programa dos directivas egipcias.

"Eso supuso para ellas un duro golpe", según Pepa Benavente, la directora de la Escuela de Enfermería, quien explica que, lejos de venirse abajo, Azza Al Shafei, la más joven, asumió la representación del grupo y pidió que se cumpliera el programa sin cambios. "No queremos dejar mal a nuestro país, somos egipcias por encima de todo", dijeron a la organización.

Siguen con atención todo lo que está sucediendo en su país. A veces pueden hablar por los móviles con sus familias y ven las noticias por la televisión. También las mantienen informadas desde el Ministerio de Sanidad de Egipto y se sienten algo más tranquilas. "Algunos maridos las llamaron y les dijeron que no se movieran de España y que sus hijos estaban bien".

"Al principio era un desastre, pero agradecemos mucho a la gente del proyecto porque nos están apoyando y en ningún momento nos hemos sentido lejos de casa, siempre en familia", explica Abir Abdel Maula, que al igual que Sahar y Shokria, tienen ganas de volver "para implantar con entusiasmo todo lo que aquí hemos aprendido".

Sin embargo, el país que dejaron quizás no se parezca al que encontrarán cuando regresen. "Sí, hay incertidumbre, pero somos optimistas, pensamos que todo irá bien", señala Samia Shehata.

En esto coincide Pepa Benavente, quien además asegura que "si hay aperturismo estará orientado a mejorar las condiciones de salud y de vida de los egipcios, se incrementará la formación y la cooperación".

Estas ocho enfermeras fueron seleccionadas del grupo de 60 líderes en Atención Primaria que formaron entre noviembre y diciembre en Alejandría tres enfermeras de los centros de salud de la zona Centro, San Roque y La Paz, María Teresa de la Montaña, Manuela Matas y Teresa Nieto.

Estas profesionales egipcias se ocuparán cuando regresen a Alejandría de formar a otras 1.400 enfermeras, con la supervisión de la escuela y de las tres enfermeras pacenses, que revisarán, apoyarán y diseñarán los cursos. Serán ya cerca de 6.000 las enfermeras egipcias formadas en los últimos años desde la escuela pacense.