El arqueólogo egipcio Zahi Hawass no daba abasto. Bañado en sudor posaba sonriente y orgulloso ante decenas de fotógrafos y cámaras de televisión, al tiempo que respondía a las preguntas de los informadores en una sala del Museo Egipcio, en el corazón de El Cairo. Sin duda alguna el mejor escenario para anunciar al mundo la revelación de uno de los grandes misterios que aún se resistían de la época faraónica: la identificación de la reina Hatshepsut, que gobernó el país del Nilo durante dos décadas en el siglo XV a. c.

El todopoderoso director del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto permaneció al menos media hora alumbrado por los flases junto a los restos momificados de la hija del faraón Tutmosis I, de la dinastía XVIII, que yacían a modo de exhibición en el interior de una gran urna de cristal junto a la de su nodriza, Sitre In. "Estamos cien por cien seguros de que la momia es de la reina Hatshepsut", dijo Hawass ante la expectación del nutrido grupo de periodistas que acudieron ayer a la multitudinaria rueda de prensa.

En el acto, Hawass estuvo acompañado por el ministro de cultura, Faruk Hosni, y el equipo de cinco expertos, todos egipcios, que han participado en la investigación. El arqueólogo explicó los detalles del estudio, financiado en parte por el canal de televisión estadounidense Discovery Chanel, que emitirá un documental en julio.

La investigación concluye que una de las dos momias de mujeres que halló en 1903 el británico Howard Carter en la tumba KV60 de Luxor es la de Hatshepsut. La otra, la su nodriza.

A lo largo de más de un año de trabajo, Hawass y su equipo han explorado a través de un sofisticado escáner ocho momias, entre ellas la de la abuela, el padre, el marido y el hermanastro de la reina. También han sido cotejadas muestras de ADN de los cuerpos embalsamados. Pero la prueba definitiva fue una muela, hallada hace decenas de años en un pequeña caja de madera en el templo de Deir El-Bahari, construido en Luxor por orden de Hatshepsut. El molar encajó perfectamente en la mandíbula del cuerpo de la reina, que ha permanecido embalsamado durante más de 3.500 años.

Según el estudio, Hatshepsut era una mujer más bien obesa que murió a los 50 años debido, al parecer, a un cáncer de hígado, según explicó Hawass. Probablemente, la momia pasará a formar parte de una de las dos salas del museo dedicadas a los cuerpos embalsamados de los reyes del antiguo Egipto. En todo caso, muchos de los turistas que fueron ayer a visitar el museo pudieron ver en primicia los restos de la reina.