Año 1923. El científico Albert Einsten está de viaje por España. Compra una botella de vino y una copa se derrama por accidente sobre la máquina del tiempo que ha descubierto. No la puede utilizar para trasladarse a otra época, pero sí para reproducir lo que sucedió en un lugar y tiempo concretos: Batalyaws, siglo IX: La fundación de Badajoz.

Así comienza la obra teatral Un brindis por Batalyaws , que la compañía amateur H'orozco Teatro representará en los Jardines de La Galera (21.00 horas) el próximo domingo como cierre al programa de actividades de Almossassa.

El escenario se divide en dos partes: a un lado, Einsten --que se mantiene en escena durante toda la representación-- y al otro, Ibn Marwan y el resto de personajes. Al fundador lo interpreta Eduardo Spínola, que también es autor de los textos y productor del montaje. Lo acompañan una veintena de actores, dirigidos por José García Trejo.

No es la primera vez que Spínola se mete en la piel de Marwan. Ya ha interpretado dos veces a este personaje en anteriores montajes de Isidro Leyva. También otros muchos miembros del elenco han participado con anterioridad en las representaciones de Almossasa.

"Espero que el público se sorprenda, porque se da una visión de la fundación de la ciudad que no se asemeja a nada de lo que se ha hecho antes", confía Spínola. El montaje trata "con rigor" los hechos históricos que se relatan, aunque introduce algunos "toques de humor" porque el objetivo --según el autor-- es "dar otro enfoque para que el público conozca la historia de forma más llana y cercana", explica. Esta vis cómica la aporta el personaje del lugarteniente --"un tanto metrosexual"--, amigo desde la infancia de Ibn Marwan, con el que vive situaciones de tensión por el fuerte carácter de este último.

En la obra también sonará la música en directo, la que interpretará al órgano el pianista Miguel García, y el vestuario está diseñado por la pacense Yolanda Ramos, ganadora en diversos certámenes de diseñadores noveles.

Estos días se suceden los ensayos para que todo esté listo el día del estreno. Spínola reconoce que este proyecto ha supuesto un "sacrificio" para todos los que participan, pero cree que merece la pena "porque es una forma de compromiso con la ciudad".