El Cuerpo Nacional de Policía en general y el agente que hace un mes perdió un dosier sobre el dispositivo de seguridad de Barcelona de la visita del Papa en particular deben de estar maldiciendo la decisión del ciudadano que lo entregó a una emisora de radio. Ayer trascendió que este halló los documentos secretos el martes mientras paseaba a su perro. Aunque el delegado del Gobierno en Cataluña, Joan Rangel, se apresuró a asegurar que las 11 hojas perdidas no suponen "ningún riesgo ni peligro" porque las autoridades fueron informadas de inmediato de los hechos, el extravío originó una pequeña tempestad política.