El Ministerio de Sanidad se comprometió ayer a revisar los manuales de aplicación del baremo, un documento a partir del cual se mide el nivel de dependencia que presenta una persona, tal como piden los expertos consultados por el Parlamento.

La modificación tratará de que se refleje fielmente el grado de discapacidad de las personas con enfermedades mentales, cognitivas o aquellos trastornos que ocasionen episodios de gran dependencia. Las asociaciones relacionadas con la enfermedad mental han denunciado en varias ocasiones que el baremo no da una valoración precisa de esta discapacidad.

Otra deficiencia que el Ejecutivo tratará de corregir, adelantó ayer el secretario general de Sanidad y Política Social, Francisco Moza, al termino de la Comisión de Sanidad y Política Social, es unificar los criterios con los que se están haciendo las evaluaciones en cada autonomía. A veces, los prescriptores de la ayuda son distintos de los que la prestan y se dan casos de que ignoran si los servicios recetados están disponibles.

OPINARAN LOS USUARIOS El Gobierno anunció asimismo que pondrá en marcha medidas para garantizar que los beneficiarios puedan expresar qué tipo de servicio prefieren recibir, y elaborará un manual de buenas prácticas a raíz de la experiencia de las distintas autonomías. También se comprometió a posibilitar una mayor movilidad de las personas con dependencia por todo el Estado y mejorar la integración de las políticas sociales y sanitarias.