Ramón Ruiz (Suesa, Cantabria, 1952) es consejero de Educación por el PSOE desde hace poco más de un año, tiempo suficiente para que este maestro y pedagogo haya logrado implantar una ambiciosa reforma de los tiempos escolares. O lo que es lo mismo, que haya reorganizado el sistema de vacaciones de los alumnos cántabros. Aplaudido por las cuestiones de fondo que aborda el plan, pero criticado por las formas, Ruiz está seguro de que el nuevo modelo no será flor de un día.

-Le están acusando de improvisación y de falta de información a las familias. Pues resulta que la reforma de los tiempos escolares aquí en Cantabria no es en absoluto una idea improvisada. Empezamos a trabajar en ella en el 2009, cuando yo era director general. Entonces se implantó la jornada continua, con la obligación de los centros de ofrecer servicio de comedor y actividades extraescolares. Ahora, tras el lapso que supuso el gobierno del PP, desplegamos una segunda fase, la del nuevo calendario. Las escuelas están informadas desde antes del verano y a principios de septiembre volvimos a reunirnos.

-¿Y qué ha motivado este plan? Porque los resultados educativos aquí no son malos, ni mucho menos... Era necesario para que los alumnos lleguen emocional y físicamente más descansados al final del bimestre y que, al mismo tiempo, y relacionado con esto, mejore la convivencia en las escuelas, que se rebajen las tensiones, que, según observamos, se producían al final de los trimestres. Pero además, y permita que insista en esto, esta es una oportunidad para introducir nuevas maneras de trabajar en las aulas, para innovar y para mejorar procesos de evaluación continua de los alumnos.

-Pero los profesores dicen que lo que se ha conseguido es que ahora haya cinco evaluaciones y, por tanto, más exámenes. No tiene por qué ser así. Lo que hemos dicho es que las evaluaciones de noviembre y de febrero han de ser cualitativas, de valoración. Las otras tres [antes de Navidad, de Semana Santa y de final de curso] sí serán cuantitativas, es decir, tendrán una calificación. Pero si efectivamente esto significa que se acaban haciendo más exámenes, tendremos que corregirlo. Nuestra intención es que estas paradas sirvan para hacer un alto y para informar a las familias.

-Y la innovación pedagógica, ¿cómo se introduce en este calendario? Este movimiento del calendario, junto con otros elementos que hemos puesto en marcha desde la consejería, persiguen uno de los objetivos de esta legislatura en Cantabria: que los procesos de enseñanza y de aprendizaje se adapten mejor a cada alumno. Tenemos un plan piloto con 21 centros participantes y en mayo valoraremos cómo ha ido la experiencia.

-Otra queja de las familias es que las actividades que se han programado son insuficientes, que no alcanzan para todos. Mire, hasta ahora en Cantabria abríamos las escuelas en periodos de vacaciones para dar respuesta a la pobreza infantil. Ahora, y esto es importante, las escuelas van a estar abiertas para todos. Pero además, la consejería ha organizado actividades en la biblioteca central, en la filmoteca, en cuatro grandes museos... y ha habilitado tres albergues para que se hagan campamentos. Y el hecho de que los descansos vayan a ser más largos que los meramente puentes, ha hecho que algunos municipios, los 17 mayores de Cantabria, y empresas de ocio se hayan sumado y estén ofreciendo también ellos actividades. Estamos viendo nacer una oferta de ocio creativo y educativo que hasta ahora aquí no existía y que permitirá que algunos jóvenes puedan hacer cosas que no han hecho nunca... Y ha bastado con adelantar un poco el inicio de curso y retrasarlo un poco también al final.