La alarma ha saltado en los institutos. Los informer , las páginas de Facebook en los que se pueden colgar cotilleos anónimos, y la aplicación para móvil Gossip han provocado en tres semanas los primeros damnificados. Algunos ya han pasado por la consulta de Nora Rodríguez, una de las pioneras del estudio del ciberacoso en España.

--Siempre hubo notas anónimas en las puertas de los lavabos escolares.

--Cierto, pero te daba tiempo de digerir el mensaje. No es lo mismo que en el cole se rían de ti, y mañana te hagan la zancadilla, y pasado, te roben el estuche, a que te lleguen 200 mensajes humillantes por minuto.

--La diferencia es el bombardeo.

--No da tiempo a reaccionar porque ni siquiera sabes quién emite el mensaje.

--Cuénteme un caso reciente.

--El de un chico de 13 años que empezó a no querer estudiar y a estar mal en casa. Un día le levantó la mano a su madre sin motivo aparente. Ella logró quebrarlo y él acabó contándole que en el informer lo señalaron como "chivato". Era mentira --como en el 99% de los casos de cotilleo anónimo--, y tenía a todos los compañeros en su contra. Sentía dolor, incertidumbre, impotencia.

--¿Qué medidas de emergencia propone usted?

--Primero hay que hablar con los padres para que lo apuntalen, porque la percepción positiva del yo viene de la familia. Deben dar el siguiente mensaje: "Yo te reconozco como persona, te valoro y te acepto más allá de tus meteduras de pata". A la vez, hay que intentar que la vida del menor sea mucho más amplia que la escuela. Hacer deporte, pintura, lo que sea. También debe apoyarse en sus tres o cuatro amigos fieles. Y lograr que el colegio tome cartas en el asunto y haga un trabajo prosocial.

--Si el cotilleo era mentira, ¿por qué se meten con él y no con otro?

--Es un error creer que la víctima es el gordito, el que tiene gafas, el tartamudo. No son los débiles, sino que quedan debilitados por el hostigamiento. La víctima suele tener cualidades que el acosador no tiene --buen estudiante, buen deportista--, pero, ante la provocación, se descontrola. El acosador siente que puede hacer lo que quiera, porque el otro pierde los papeles con facilidad.

--¿El acosador anónimo es una mala pieza?

--Por lo que observo, los menos estudiosos están atacando a los mejores. También noto que el acosador anónimo es aquel que pasa muchas horas frente a la pantalla, que encuentra en las redes una prolongación de su yo. Tienen una gran necesidad de ser populares. Generalmente están muy centrados en la imagen, en el aspecto exterior... Y pasan mucho tiempo solos. Detrás hay una ausencia de apego, de vínculos, de reconocimiento del hijo como alguien válido por parte de sus padres.

--Las chicas tampoco se quedan atrás como promotoras de cibercotilleos.

--En cierto sentido, quizá sean peores, porque el creciente neomachismo las ubica de nuevo en un lugar de inferioridad. Piensan que imitando los roles más bestias van a ser más populares. Las ciberacosadoras suelen ser las líderes sexuales del grupo. Las que tienen más experiencia o las que plantan cara a los docentes.

--¿Qué otras características aprecia?

--Las chicas fabrican más rumores morales, mientras que ellos se inclinan hacia los de tipo social. Eso tiene que ver con la fuerza, con la capacidad de conquista... También noto que los varones suelen ser más ciberacosadores si han sido víctimas.

--El problema es que al linchamiento anónimo se apuntan muchos otros con sus comentarios.