Con 53 años, Sandalio Gómez Martín lleva 40 dedicado al judo. Acaba de de obtener el cinturón negro 6º DAN, un título que en Extremadura solo posee el pacense José Julián Mangas, presidente de la federación regional. Prudente y bonachón, este toledano afincado en Cáceres hace 31 años, que regentó el gimnasio Sparta y ahora lo hace con el de Los Fratres, parece un buen tipo.

--¿No es muy mayor para ir por ahí haciendo zancadillas?

--No, no (risas para romper el hielo). No se trata de ir haciendo zancadillas. Es educación física. En los colegios de Japón, en vez de educación física, hacen judo.

--¿Se mete uno en judo para aprender a defenderse o bien para canalizar determinadas actitudes violentas?

--Al principio para defenderte. Yo empecé porque me gustaban las películas de Bruce Lee.

--¿Ligaba más? ¿Se sentían las mujeres más seguras a su lado?

--(Se ruboriza un poco) Yo creo que no. Es cierto que te da una seguridad a la hora de ir por ahí, pero no se liga más.

-¿Le ha tenido que tocar alguna vez la cara a alguien?

--(Se agita sobre la silla) Bueno, alguna vez he tenido que empujar a alguien para ponerlo en su sitio, pero han sido más las veces que me he resistido a hacerlo.

--¿A los orientales les resulta pintoresco ver a un occidental practicando judo de la misma manera que a nosotros nos resulta curioso ver a un japonés bailando flamenco?

--Es un poco, trasladado al baloncesto, como la NBA y la ACB. Se ven superiores porque lo han mamado desde pequeños. Es como aquí con el fútbol, pero allí también salen buenos futbolistas.

--Es segundo cinturón rojo y blanco de la historia en Extremadura. ¿Un judoka del atleti?

--No, no (más risas). Los colores significan que has llegado ya a una meta. Es como una medalla olímpica, supone ser seis veces cinturón negro. Es lo máximo.

--¿Alguna anécdota divertida?

--Una vez me pasó que, antes de salir a competir, me comí una bolsa de naranjas y acabé echando la papilla sobre el tatami.

--Espero no haber sido muy irreverente con esta entrevista y volver sano y salvo a casa.

--(Extiende la mano sincero) Sin problema. Muchas gracias.