Para las familias de los guardias civiles Juan Antonio Palmero y José Antonio Vidal, lo que ocurrió ayer en el Palacio de Justicia de Pamplona fue "una tomadura de pelo". Vidal y Palmero murieron el 9 de junio del 2004, presuntamente a manos de Jaime Jiménez Arbe, conocido por el apodo de El Solitario , y esto es lo que tenía que comenzar a juzgar la Audiencia Provincial de Navarra. Pero el juicio fue suspendido. A primera hora de la mañana, el tribunal recibió un escrito del abogado del que en su momento fue declarado "enemigo público número uno", el atracador de bancos que trajo de cabeza a la policía durante 14 años y que fue detenido el pasado año en Portugal. Decía que le era imposible estar en Pamplona representando a su cliente. Tenía otras vistas que atender en las islas Canarias y Asturias, lo que impedía su presencia, por "señalamiento preferente".

"Se intuye que el letrado quiere forzar una decisión difícil para este tribunal", sostuvo el fiscal ante los magistrados y un silencioso Jiménez Arbe que lucía zapatillas deportivas, tejanos, sudadera negra con capucha y media melena grisácea. Horas después, la Sección Tercera de la Audiencia de Navarra acordó abrir diligencias penales a García Montes por un posible delito de "obstrucción a la justicia y deslealtad profesional" debido a su "incomparecencia injustificada". El abogado afirmó en una nota que actuó "con sujeción a la normativa legal y ... con estricto respeto a los clientes, los tribunales y compañeros".

CALENDARIO APRETADO Según el ministerio público, la defensa intenta --y por el momento consigue-- retrasar un juicio que tendría que celebrarse antes del día 31 de julio, pues en esa fecha el atracador deberá ser entregado de vuelta a Portugal, donde fue detenido el pasado 23 de julio, cuando se disponía a asaltar una sucursal bancaria. Para rematar la maniobra, el abogado del Solitario, propuso como fecha alternativa para la vista el próximo 7 de julio, San Fermín, día festivo por antonomasia en Pamplona. El tribunal estudia ahora la necesidad de pedir al país luso una prórroga de la entrega temporal del famoso delincuente.