Los embalses empiezan a entrar en zona de peligro. Sus reservas están ya por debajo de la mitad de su capacidad por vez primera desde 1999, concretamente en el 48,7%. Y aún queda por delante la mayor parte del verano, con unas previsiones de precipitación muy poco halagüeñas.

La caída de la reserva hidráulica en la última semana ha sido espectacular. Los embalses han perdido 853 hectómetros cúbicos, equivalentes a un 1,6% del agua embalsada. Ni una sola de las cuencas peninsulares ha visto crecer el nivel de sus embalses, ni siquiera las del norte.

En el conjunto de España, el total del agua embalsada asciende a 25.934 hectómetros cúbicos sobre una capacidad total de 53.217. En las mismas fechas del año pasado, la situación era incomparablemente mejor, con un total de 11.089 hectómetros cúbicos más.

RESERVAS DEL AÑO PASADO La gran cantidad de reservas acumuladas hasta el año pasado ha sido precisamente lo que ha evitado que durante el actual, el peor desde el punto de vista pluviométrico desde 1945, se hayan podido esquivar las restricciones. Pero la sequía registrada desde el pasado otoño está dejando en nada el potencial hidráulico.

La cuenca que más ha sufrido durante la última semana ha sido la del Ebro, con una caída de 218 hectómetros, que la ha situado en el 57% de su capacidad, mientras que las menos perjudicadas han sido las cuencas internas del País Vasco, que sólo han bajado un hectómetro.

Los embalses en un estado más crítico siguen siendo los de la cuenca del Segura. Por vez primera en los últimos años han bajado del 15%, situándose en el 14,1%. En la del Júcar los pantanos están al 24,5% y en la del Tajo, la cuenca desde la se trasvasa agua a la del Segura, el nivel es ya del un 39,3%. La cuenca del Guadalquivir ha cruzado también el crítico listón del 50%, situándose en el 49,6%.