Las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2), el principal gas responsable del efecto invernadero, han aumentado un 41% desde 1990, un porcentaje sin precedentes que está agotando la resistencia de la Tierra y amenaza con acelerar el calentamiento planetario. Las advertencias proceden de un detallado informe elaborado por el consorcio internacional Global Carbon Project (GCP). "Si esto sigue así, nos vamos a un aumento de las temperaturas de cinco o seis grados de aquí al 2100", explica la canadiense Corinne Le Quéré, profesora de la Universidad de East Anglia (Reino Unido) y coordinadora del estudio.

El GPC, en el que participan más de 300 científicos y cuyo director ejecutivo es Pep Canadell, biólogo español que trabaja en Canberra (Australia), ha analizado toda la bibliografía disponible para obtener sus datos, desde estimaciones oficiales de consumo hasta estudios publicados en revistas y organismos internacionales. Los detalles de su último trabajo se publican hoy en la revista especializada Nature Geoscience. El año que viene se publicará un estudio similar sobre el metano, el segundo gas implicado (15%) en el efecto invernadero de origen humano.

SUMIDEROS AGOTADOS El informe analiza especialmente la capacidad natural de la Tierra para hacer frente al problema. Así, advierte de que, hasta fechas recientes, buena parte del CO2 generado por la actividad humana era absorbido por la vegetación o acababa disuelto en los océanos, lo que evitaba que fuera a la atmósfera y aumentara el efecto invernadero. Sin embargo, los sumideros de carbono --como son llamados técnicamente-- dan muestras de agotamiento. "Son menos eficaces", sintetiza Le Quéré, que ayer visitó Barcelona para pronunciar una conferencia. En 1959, el 40% de los gases de origen antrópico permanecían en la atmósfera, pero ahora ese porcentaje es del 45%. El estudio, no obstante, admite que el grado de incertidumbre es todavía elevado.

Lo peor de todo, prosigue la investigadora, es que las emisiones mundiales crecen ahora más rápido que hace una década, cuando los países industrializados empezaron a aplicar las primeras políticas de contención de gases. Desde el 2000, el aumento ha sido del 29%. Concretamente en la última década, las emisiones de CO2 crecen a un ritmo anual del 3,4%, frente al 1% del periodo 1990-2000.

LOS NUEVOS LIDERES Ello es debido a las emisiones de los países en desarrollo, que se han duplicado y hasta triplicado con respecto a 1990. Las economías emergentes ya emiten más que los países industrializados, aunque el problema se limita a un puñado de países. China ya ha superado a Estados Unidos como primer emisor y se ha situado también por encima de la media mundial per cápita. La India, bastante más lejos, se encuentra en tercera posición.

En cualquier caso, Le Quéré insiste en que las potencias emergentes han accedido a las primeras plazas en los últimos años y recuerda que una cuarta parte del crecimiento de las emisiones, como mínimo, puede explicarse por un aumento en el comercio internacional de bienes y servicios. Es decir, industria para abastecer al mercado occidental. Según Le Quéré, "la única forma de controlar el cambio climático es a través de una reducción drástica de las emisiones".

El último informe del IPCC, el grupo de expertos en cambio climático a las órdenes de la ONU, calculaba un aumento máximo de cuatro grados de aquí al 2100 en la hipótesis más factible. Para un aumento de solo dos grados, sería necesario que las emisiones mundiales de CO2 tocaran techo en el 2020. De lo contrario, insiste el estudio, hay un riesgo razonable de llegar a los seis grados.