CIENTOS de personas llenaron ayer por la tarde la iglesia de San Felix, en Jaén, para despedir en un emotivo acto religioso a los cuatro miembros de una familia fallecidos el día anterior en el incendio de una vivienda en Puente Tablas, una zona residencial situada a unos cinco kilómetros de la capital jiennense. El funeral estuvo presidido por el obispo de Jaén, Amadeo Rodríguez, que tomó posesión ayer de su cargo, acompañado por seis sacerdotes más. Los féretros del niño de 5 años; su padre, de 36 años; la abuela materna, de 78, y el abuelo paterno, de 68 años, pertenecientes a una familia, los Melenchones, del céntrico barrio de La Magdalena de Jaén, fueron llevados en la iglesia a hombros. EFE