La Iglesia católica francesa fue víctima de un desvío de fondos de 300.000 euros, del que se responsabiliza a una mujer que trabajaba en sus servicios de contabilidad, informó hoy la Conferencia Episcopal del país.

El robo se produjo entre los años 2008 y 2009 y los fondos desviados iban a parar "a la cuenta personal de una adjunta del servicio de contabilidad de la Conferencia Episcopal", indicó en un comunicado el órgano que representa a los obispos. La Iglesia presentó una denuncia por estos hechos, despidió a la asistente y aseguró que espera recuperar parte del dinero robado por su exempleada.

Según el diario Le Parisien, el desvío de fondos se constató en los ingresos procedentes de la Unión de Asociaciones Diocesanas de Francia y de los fondos con los que se rige la sede parisiense de la Conferencia Episcopal. La empleada se encuentra procesada a la espera de que se abra un juicio en el tribunal Correccional.

El secretario general de la Conferencia Episcopal, Antoine Herouard, deploró que el robo se hiciera sobre donaciones de fieles y consideró "lamentable" que algunos se aprovechen de la caridad de los franceses. El desvío de fondos se produce en un momento en el que la iglesia católica francesa ve cómo se reducen sus ingresos por la menor asistencia de fieles a las misas y por la caída de vocaciones, que les obliga a contratar a laicos para realizar labores administrativas.