Hace tiempo que las personas que buscaban óvulos o esperma en EEUU podían elegirlos basándose en la raza, educación y otros aspectos de los donantes. También hace tiempo que se podía adoptar un embrión sobrante en una clínica de fertilización o tener uno creado. Pero el Centro de Vida Abraham, una compañía de Tejas que se publicita como "el primer banco de embriones humanos del mundo", ha dado un nuevo paso que aviva el debate ético sobre los bebés de diseño: la empresa permite que los aspirantes a padres hagan una selección entre embriones que la firma ha creado antes preseleccionando a los donantes.

Desde este verano, el Centro de Vida Abraham, con oficinas en Tejas y California, crea embriones antes de tener clientes. Para ello, selecciona donantes a los que requiere unas características determinadas además de las habituales sobre un buen estado de salud. Las mujeres que donan los óvulos, por ejemplo, deben tener entre 20 y 30 años y tener algún tipo de estudios universitarios. No se acepta esperma de hombres sin titulación universitaria superior. Se recopila información también sobre cosas como el temperamento juvenil o los libros favoritos.

Una vez que se han creado estos los embriones, la empresa los coloca en una especie de menú entre el que pueden elegir sus clientes. Estos, antes de decidirse por un embrión, pueden evaluar a los donantes de óvulos y espermatozoides e incluso ver sus fotos, según desvela.

NO HAY ENCARGOS "La gente puede decir que esto es como el nuevo Hitler, pero no es así porque no acepto pedidos. Digo lo que tengo, envío la información sobre los donantes y si consideran que no es adecuado para ellos, no tienen que cogerlo", explicó a The Washington Post Jeenalee Ryan, directora del Centro de Vida Abraham. "La gente puede decir que estoy intentando crear la perfecta raza humana, pero siempre ha habido selección de genes cuando mujeres y hombres escogen cónyuges", dijo.

Coinciden con ella algunos expertos consultados por el diario. "La gente ya está seleccionando a los donantes de óvulos y esperma por separado. Combinarlos no presenta ningún nuevo problema ético importante", comenta John Robertson, de la Universidad de Tejas. Otros, como el experto en bioética Mark Rothstein, advierten de que cada vez se trata más a los niños como mercancía. "Es como pedir un ordenador: das a la empresa los datos específicos que quieres y te lo envían hecho a medida por correo". También Steven Ory, presidente de la Asociación Americana de Medicina Reproductiva, ha expresado su "profunda preocupación" al Post.

POLEMICA EN REINO UNIDO El debate no tiene fronteras y otra polémica se vive estos días en Reino Unido, donde el gobierno de Tony Blair quiere frenar la propuesta de un grupo de científicos que abogan porque se permita utilizar un 1% de células animales en la creación de embriones humanos destinados a la investigación.