La muerte del joven Alvaro Ussía a las puertas de la madrileña discoteca El Balcón de Rosales ha destapado la situación del ocio nocturno madrileño, lleno de irregularidades, que ha derivado en numerosos cierres de discotecas, mayor vigilancia a los servicios de seguridad y duras declaraciones.

Desde la industria se considera que se está llevando a cabo una "caza de brujas" en lugar de asumir la "corresponsabilidad" que tiene el ayuntamiento, según Vicente Pizcueta, portavoz de la Asociación Madrileña de Empresarios por la Calidad del Ocio.

"Pensemos que hace dos días se estaba hablando de la necesidad de ´encarcelar a los criminales que tienen asesinos a sueldo en la puerta de sus establecimientos´", lamentó el representante de empresarios de ocio.

Tras un asesinato en el que los supuestos autores "están ya en la cárcel", se "deben depurar las responsabilidades en el contexto en que se ha producido, pero no entrar en una escalada de declaraciones desafortunadas".

Pizcueta pidió que, si se tienen que producir ceses puntualmente, se lleven a cabo, pero sin llegar a instalarse "en un conflicto en el que el principal problema que parece que tenga la sociedad española son los locales de ocio".

Cree que se ha entrado en una situación en la que "se ha venido a criminalizar globalmente al sector".

El portavoz de la asociación madrileña dice que el ayuntamiento se ha "instalado en una cierta caza de brujas, cuando lo que tocaría sería asumir, desde la corresponsabilidad, lo que tiene que ver con la regulación del ocio y la diversión", indicó.