Ni equiparación con la invasión americana de Irak, ni paralelismo con el País Vasco y ETA. El escritor y político extremeño Tomás Martín Tamayo niega haber planeado un trasfondo de actualidad en su novela El enigma de Poncio Pilatos (Tecnigraf). En ella reconstruye la biografía de Pilatos y desmonta algunos mitos en torno a sus dudas, a su desinterés, tal y como lo han transmitido los textos evangélicos.

--¿Qué le atrajo de Pilatos?

--Me interesaba hace tiempo. Es una figura clave de la historia de la humanidad, pero un gran desconocido. Me intrigaba y había cosas que no me cuadraban de él: esa imagen de pusilánime, de cobarde. Cristo fue quien dio dimensión a toda la época y sus personajes. También a él. Nadie recuerda a los anteriores prefectos, ni a los posteriores. Así que de él fue del único prefecto que quedaron huellas. Creo que la imagen que yo doy se acerca más a la realidad que la que se ha transmitido.

--¿Y qué impresión se formó del personaje?

--Fue el enviado de Roma a Judea con mejores intenciones y al que mayores trabas le pusieron. Llevó el agua a unas tierras sedientas, intentó romanizar el territorio construyendo calzadas, puentes, permitiendo que sus médicos curaran a las gentes de allí... A él se le condenó desde el principio. No se le ha hecho justicia porque así convenía al momento. Dudo que políticos actuales puestos en las mismas circunstancias que Pilatos hicieran algo distinto a lo que hizo él.

--Leyendo su novela, uno parece asistir a la invasión americana en Irak. Con un rechazo al invasor, con atentados, con una hostilidad permanente...

--También me han dicho que se parece a la situación que se vive en el País Vasco, y hay quien ha identificado a algunos personajes con otros actuales. Pero yo no he intentado hacer ningún paralelismo. Solo he escrito una novela. Aunque teniendo en cuenta estas lecturas, puede decirse que el entorno del hombre ha avanzado mucho, pero no así el hombre mismo.

--Sí parece una novela política, algo que puede entenderse sabiendo que usted es político.

--Eso sí es cierto. Los procesos de negociación, la sumisión, los cambios de chaqueta... son algo que hoy sigue encontrándose uno aquí, en Extremadura, en sus municipios. Y ahí sí que he aportado un matiz de experiencia personal.

--El personaje de Jesucristo aparece de soslayo hasta que es entregado a Pilatos

--Porque en ese momento era un correcaminos , uno de tantos predicadores como había en aquel tiempo. Pero a través de las diversas versiones que he consultado hay una coincidencia en que se trataba de alguien diferente, interesante, y hechos como el sermón de la Montaña, cuando él se hace oír entre miles de personas, es mencionado como algo singular por varias fuentes. Pero se ha hecho una película de muchos de sus hechos.

--En su novela se propone instruir deleitando.

--No entiendo una novela que te aburra. Yo, si a las pocas páginas me pasa eso, la dejo. Una novela debe ser entretenida e instruir. De la mía, podrá decirse todo menos que no instruye, porque eso está garantizado. Hay detrás mucha documentación y datos concretos.