El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, asumió ayer que de la cumbre del clima de Bali (Indonesia) no saldrá ningún acuerdo en uno de los asuntos esenciales de la conferencia: qué cantidad exacta de dióxido de carbono han de reducir los países industrializados a partir del 2012, cuando expire la vigencia del protocolo de Kioto.

Ban consideró que lo esencial es lograr el mayor consenso posible, en clara referencia a EEUU, y que lo prioritario en estos momentos es que todos los estados sin excepción se sumen a la hoja de ruta contra el cambio climático. Para definir las cifras, dijo, ya habrá tiempo en los próximos dos años. Fue un capote en toda regla para la reforzada delegación norteamericana y sus corifeos Canadá y Japón.

La declaración de Ban fue también una bofetada para la UE, que llegó a la cumbre con una ambiciosa propuesta: se ofrecía a reducir sus emisiones entre el 25% y el 40% si todos el mundo desarrollado hace lo mismo. La ministra española de Medio Ambiente, Cristina Narbona, recordó que quedan dos días de negociación e insistió en que la UE mantiene la esperanza de llegar a esta horquilla.