Nació y se formó como enfermera en Badajoz. Nada más terminar sus estudios se marchó a Madrid, donde vive y trabajado desde entonces, en quirófano siempre; ahora ejerce en el Hospital Santa Cristina. Esperanza García Saras ha viajado por medio mundo y conoce varios continentes, por lo que su incorporación al equipo sanitario de la Ruta Quetzal, con Miguel de la Quadra Salcedo, debió de ser cosa del destino más que algo fortuito.

Esta pacense que visita sus ciudad al menos una vez al mes y que viaja con su familia a cualquier parte de España por navidades, acompaña a De la Cuadra desde hace 16 años en la Ruta Quetzal, lo que, sin ser especialista en enfermedades tropicales, le ha proporcionado una enorme experiencia en ese terreno. Para ella, ha sido y es una de las mejores cosas de su vida.

La expedición Quetzal cuenta con un experimentado equipo médico, con uno de cuyos miembros trabaja, que es amigo de Miguel de la Cuadra, "y fue quién nos presentó", cuenta. Entonces no les acompañaba ninguna enfermera, "yo fui la primera y la única que ha continuado; hubo una que solo fue un año". Pero antes tuvo que pasar una prueba: "Me incorporé después de una entrevista y vieran que había viajado, que era inquieta, que me gustaba y otras características, además de que necesitaban llevar una enfermera".

Esperanza es una mujer "muy viajera" de por sí y ya andaba por el mundo antes de incorporarse a la expedición que patrocina la Unesco.

Cada año, la Ruta realiza un viaje histórico con motivo de la Conmemoración del V Centenario de América, en el que se reproduce una de las rutas que se hicieron hace medio siglo, con unos 400 jóvenes de 16 años procedentes de Europa y América, que deben hablar español, presentar un trabajo y ser seleccionados para participar en el viaje.

"Es un viaje iniciático para los jóvenes, en el que se reproduce un hecho histórico; se lo han ganado con su trabajo y después de superar una selección; van con todos los gastos pagados y es una experiencia única y maravillosa", explica.

Para ella "ha sido la gran experiencia de mi vida. Yo conocía Europa, Oriente y algo de Africa, pero no América", porque siempre viajó "con mis amigos y por nuestra cuenta", explica. En todos este tiempo ha conocido a muchos jóvenes, con los que se reúne en ocasiones en Cáceres donde hay una asociación de Amigos de la Ruta, "y Miguel los visita todos los años".

Anécdotas sobre enfermedades, die que son muchas, señala que ha tratado "muchísimas cosas que son propias del viaje, desde las diarreas típicas a situaciones más delicadas, pero que siempre han sido solucionable por el equipo médico, que además tiene apoyo del país anfitrión, pues la Ruta cuenta con la colaboración del Ministerio de Exteriores".