Lleva más de la mitad de su vida pintando y creando, ya que de sus 54 años, 35 los ha pasado frente a un lienzo. Con numerosos premios de prestigio nacional a sus espaldas, y con más de cien exposiciones, a Enrique Jiménez Carrero no le gusta hablar del valor de sus cuadros porque "quiero que la gente valore las obras sin estar condicionados por su precio".

--¿Hace falta hacer una carrera para ser un buen pintor?

--Hace falta porque si no la haces no te reconocen como tal, pero realmente, en la escuela, en la academia o en la universidad te enseñan a pintar, no a crear. Para aprender las técnicas de la pintura puedes tardar más o menos, pero al final las adquieres, sin embargo, crear es innato.

--Así que es más importante que la cabeza tenga mucha imaginación a que la mano tenga mucho arte...

--Para realizar un cuadro hacen falta muchas cosas, no es decir voy a dibujar. La mayor dificultad de un pintor es enfrentarse a un lienzo en blanco.

--¿Y cuál es el principal sistema que usted emplea?

--Yo empleo mucha documentación. Hay veces que quiero expresar alguna idea, alguna critica social, entonces una vez que la tengo me documento sobre ella, obtengo mucha información y es entonces cuando teniendo las cosas claras me pongo. También hay veces que voy por la calle y veo imágenes que me gustan y les hago fotos.

--¿Qué tipo de pintor es?

--Dentro de la figuración, me encargo del realismo poético.

--¿Están reconocidos los pintores españoles?

--Por la sociedad en general sí, pero en cuestión de la administración ya cambia la cosa. En los 35 años que llevo exponiendo solo me han ayudado una vez, concretamente fue la Asamblea de Extremadura, a la que le estoy muy agradecido, que me patrocinó una muestra y me dio bastante libertad. Pero nada más.

--¿Y se puede vivir de esto?

--En mi caso sí, porque el hecho de hacer una pintura que entiende la gente, que no hace falta que se la expliques, la hace a la vez más vendible.

--¿Dónde está la clave para que un cuadro guste?

--En eso mismo, en que guste o no. La primera sensación de un espectador cuando se pone delante de un cuadro es saber si le gusta o no. Después, una persona puede ver cosas de él que otros no lo vean, según estés más o menos preparado para entenderlo. Otra cosa importante es que tú te emociones cuando lo haces porque así emocionarás al espectador.