La vacuna contra la malaria desarrollada en el Clínic funciona y se puede aplicar a gran escala. Pedro Alonso, investigador de hospital barcelonés y director del Centro de Investigación Salud Internacional de Barcelona (CRESIB), confirmó ayer que la inmunización protege a los niños de más de 12 meses durante, al menos, cuatro años, y anunció que el próximo año el fármaco pasará su prueba de fuego --ensayo en fase 3--, al ser administrado a 16.000 menores voluntarios de cinco países africanos (Ghana, Gabón, Tanzania, Kenia y Mozambique).

El científico explicó que en el 2004 se confirmó que los niños de entre uno y 4 años vacunados seguían protegidos frente a la malaria a los 21 meses. "Nos pareció muy importante. Pero ahora hemos comprobado que su eficacia se mantiene cuatro años después, lo que supone una gran noticia", anunció en un simposio organizado por la Fundación Ramón Areces. Si estos resultados positivos se repitieran con los recién nacidos "estaríamos ante un producto capaz de proteger a los niños durante los años en los que son más vulnerables ante la enfermedad, justo lo que necesitamos", afirmó.

A PRECIO DE COSTE Alonso aseguró si el ensayo con los 16.000 menores sale bien, la vacuna podría comenzar a comercializarse en el 2011. "Somos muy optimistas, pero no queremos generar falsas expectativas, porque nunca se puede saber cuándo va a aparecer un efecto adverso o alguna complicación", explicó.

En cualquier caso, el precio de la vacuna, que será fabricada por la farmacéutica británica GlaxoSmithKline, no será bajo. El investigador del Clínic advirtió de que el proceso es complejo y caro y que, aunque se venderá a precio de coste, sin márgenes comerciales, rondará los 12 euros. El precio definitivo dependerá de las aportaciones de los estados desarrollados en foros internacionales de ayuda, como el Fondo Global de Vacunas e Investigación, al que España contribuye con 200 millones de euros anuales.

Con la cautela que siempre le caracteriza, Alonso calculó que la derrota definitiva de la malaria (provoca una muerte cada 30 segundos) no se dará antes de 20 años, ya que se necesitará una segunda y una tercera generación de vacunas que garanticen una protección de más del 90% ante el parásito Plasmodium falpicarum , que causa la enfermedad y propaga el mosquito anofeles. Por ahora, los ensayos de la vacuna actual han comprobado que es capaz de lograr una reducción del 50% del paludismo en su forma más grave y el descenso en un 65% de nuevas infecciones en episodios clínicos durante los tres primeros meses.

Los participantes en el simposio explicaron que en el caso de España los índices de paludismo no son por ahora preocupantes, si bien "aumentan año a año", sobre todo por los viajes de los españoles a zonas tropicales y no tanto por los inmigrantes africanos asentados en nuestro país. Las estimaciones apuntan a un millar de casos de malaria anuales en España, si bien solo se diagnostican y registran entre 600 y 700.

ESPAÑA, A SALVO Los especialistas puntualizaron que no se ha registrado "ningún caso de transmisión autóctona", lo que hace difícil que el paludismo se reintroduzca en nuestro país, al igual que ocurre en toda Europa. El número de muertes en España por esta enfermedad es muy bajo --dos o tres anuales--, si bien el director del CRESIB demandó la creación de unidades especializadas para atender a los enfermos e impedir estos fallecimientos "innecesarios". Actualmente solo Barcelona y Madrid cuentan con unidades con la capacidad necesaria par atender una hipotética demanda.