Quesos de Tronchón, de Aragón; garbanzos de Martos, de Jaén, e incluso el caviar que traían los peregrinos de Alemania son algunos de los manjares que Cervantes cita en El Quijote y que ahora el periodista Tomás Álvarez describe y sitúa en un ensayo sobre la gastronomía y Cervantes. El leonés ha escrito Cosas de la bucólica. La gastronomía en El Quijote, un ensayo en el que la gastronomía cervantina sirve como hilo conductor para aproximarse desde el ámbito culinario a la sociedad española de finales del siglo XVI.

«Hambres y hartazgos, abstinencias y banquetes, productos, condumios y hasta refranes y dichos relativos a las cosas de comer aparecen una y otra vez en la novela cervantina y eso tiene un interés crucial para comprender cómo se vivía en aquella época», subraya Álvarez.

El libro se centra en primer lugar en el binomio reflejado por el ascetismo y la gula en los personajes de la obra y después aborda las comidas en diferentes escenarios, como en casa del hidalgo, los alimentos de los pastores y bandoleros, las comidas de las ventas o las de los palacios, con un capítulo especial para la Ínsula Barataria.