Vino a Cáceres a hacer el doctorado movido por los avances tecnológicos del Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón (CCMIJU), y más de tres años después regresa a su país, México, con un sobresaliente Cum Laude bajo el brazo por su pionera tesis y una investigación que continuar.

El profesor de Veterinaria de la Universidad de Juárez (México) Ramón Rivera Barreno ha desarrollado en Extremadura, con la implicación de la universidad mexicana, la Universidad de Extremadura y el centro de cirugía cacereño, un modelo experimental pionero en el mundo que permitirá mejorar la cirugía a la que deben someterse los bebés nacidos con una hernia diafragmática congénita.

Se trata de una defecto en el diafragma, que padece uno de cada 2.500 neonatos, que "puede provocar que el intestino o las vísceras abdominales migren hacia la cavidad torácica presionando uno de los pulmones, causando una complicación respiratoria al momento de nacer", y necesita una intervención "inmediata". Una cirugía "muy agresiva" y compleja por el paciente de tan pequeño tamaño y las limitaciones del instrumental.

Pero, ahora, los resultados de la tesis del doctor Rivera aportan una nueva visión y tratamiento a esta patología congénita, que en un tiempo se resolverá con cirugía mínimamente invasiva. Este modelo experimental permitirá a los profesionales adquirir las destrezas necesarias para realizar la intervención con dos pequeñas incisiones de menos de un centímetro, lo que mejorará la recuperación del paciente, suavizará el dolor asociado y limitará el riesgo para el bebé.

El entrenamiento quirúrgico se realizará en una primera fase con cadáveres de conejos, a los que previamente se les ha creado el escenario quirúrgico apropiado. Posteriormente, en una segunda fase, se trabajará con conejos vivos, antes de pasar directamente a operar a los pacientes, "cuando los cirujanos habrán adquirido destrezas para trabajar en estas cavidades tan pequeñitas que requieren un adiestramiento específico con instrumental de menor tamaño y movimientos muy precisos", señala el doctor Rivera.

La segunda línea de esta investigación la desarrollará Rivera en la Universidad de Juárez, donde reproducirá este modelo para determinar la curva de aprendizaje en el modelo vivo antes de convertirlo en una cirugía intrahospitalaria. "El aprendizaje en animales muertos requiere un promedio de 6,4 procedimientos por cirujano, para pasar a la práctica en conejos con vida de forma responsable", dice.

El trabajo de Rivera ha sido dirigido por Jesús Usón y Eva M Pérez Merino, profesores de Patología Quirúrgica y Cirugía de la Uex, y Francisco M. Sánchez Margallo, director científico del CCMIJU. "Es enriquecedor trabajar con diferentes culturas y tecnologías, sobre todo con las que cuenta el centro de mínima invasión, que son de primera calidad". "Supone un enriquecimiento para mi experiencia y la de la Universidad de Juárez".