Tres sacerdotes y un exsacerdote de Escocia han denunciado ante el Vaticano al cardenal Keith O'BBrien, presidente de la Conferencia Episcopal Escocesa y la figura más prominente del catolicismo en el Reino Unido, por lo que describen como una serie de "comportamientos inapropiados" que tuvieron lugar de promedio hace 30 años, en los años 80. La denuncia, que deliberadamente han hecho en estos días previos al cónclave que elegirá al sucesor de Benedicto XVI --quieren que O'Brien sea vetado--, supone otro renglón en la lista de problemas que afronta la Santa Sede cara a la crucial cita.

Los cuatro, de la diócesis de Saint Andrews y Edimburgo, han puesto el caso en conocimiento del nuncio vaticano en el Reino Unido, Antonio Mennini, y han exigido el cese inmediato de su antiguo mentor. El caso más delicado parece ser el del exsacerdote, que habla de "acercamientos inapropiados" tras las plegarias nocturnas. Según el dominical británico The Observer , que ayer divulgó la información, el entonces seminarista tuvo miedo de acusarlo en su día, y después de eso sufrió depresiones y su personalidad cambió. Fue ordenado, pero colgó la sotana cuando su supuesto acosador fue nombrado obispo. "Supe que siempre tendría poder sobre mí. Se asumió que dejé el sacerdocio para casarme. No fue así. Lo dejé para preservar mi integridad". El antiguo sacerdote afirma que tuvo que someterse a un prolongado tratamiento psicológico.

Los otros tres ya eran curas en ejercicio cuando supuestamente fueron víctimas de O'Brien. Uno de ellos dice que fue cuando el cardenal lo visitó en su parroquia; otro, que estaba iniciando su ministerio cuando fue invitado a pasar una semana en la residencia del arzobispado, y que allí se vio "lidiando con una situación indeseada" tras una noche en que ambos se quedaron bebiendo hasta tarde; el tercero, que el cardenal lo aconsejaba sobre unos problemas personales, y aprovechó las plegarias nocturnas para acercarse a él.

MUY CRITICO CON LOS GAIS El cardenal es un habitual detractor de los derechos de los homosexuales y ha tachado la homosexualidad de inmoral. Se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo ("es perjudicial para la salud física, mental y espiritual de los involucrados") y a que puedan adoptar. En cambio, esta misma semana se había declarado partidario de revisar la exigencia del celibato.

Mennini envió a los cuatro un correo en el que aplaude su valentía, pero estos temen que se ignoren sus quejas. O'Brien, por su parte, ha dicho que las acusaciones son falsas. "Rechaza estas denuncias y está recibiendo asesoría legal", dijo un portavoz. "El Papa está informado y la cuestión está en sus manos", declaró Federico Lombardi, que el sábado denunciaba "presiones inaceptables" para condicionar el ejercicio del voto de cardenales "considerados no gratos por una razón u otra", en más que probable referencia a casos como los de Roger Mahony, Sean Baptist Brady y Godfried Danneels, acusados por colectivos católicos de encubrir casos de pederastia. Más presión. Por no hablar del famoso informe.