Las escenas cotidianas dejan muchos momentos para el olvido, rutinas que se repiten ante los ojos de la gente y que pasan desapercibidas precisamente por su repetición. Los accidentes de los barrios suelen ser de esos. Puede acumularse mucha gente a su alrededor, con objetivo de curiosear, pero normalmente quedan simplemente en un suceso más.

Sin embargo, en ocasiones la realidad supera a la ficción y todo sorprende. Es el caso de lo vivido por el usuario Óscar Martínez, que mostraba lo surrealista de su tarde en un hilo compartido por centenares de personas en Twitter. "Acabo de presenciar algo bastante bizarro desde la ventana de mi casa", decía en el comienzo de su relato. Ya se había ganado la intriga de sus seguidores. Se puso a contar todo, con fotografías y pruebas "por si había alguna duda" de su veracidad.

La historia comienza en una tarde cualquiera en Carabanchel, Madrid. Óscar está tranquilamente en casa cuando de repente escucha un frenazo y un golpe. ¿Quién no se asoma? Un clásico. Pero había una diferencia respecto a otras ocasiones, y es que esta vez una ambulancia había embestido a un turismo que estaba girando.

El turismo acabó en la acera. Todo normal hasta aquí, destaca, señalando que la ambulancia estaba trasladando a un herido. De repente hay un giro en la normalidad. Aparece otra ambulancia, "en adelante la ambulancia B" para trasladar al enfermo de la primera (en adelante A).

La primera prueba gráfica:

La historia todavía estaba comenzando. De repente aparece una tercera ambulancia, ya vamos por la C, que pretende atender al familiar acompañante de la ambulancia A, que es víctima de una crisis de ansiedad.

Ojo. Una cuarta ambulancia se aproxima. Se escuchan sirenas. Esto ya es propio de una serie, dice. Todo el mundo a trabajar. El personal de las ambulancias B y C atienden al conductor de la A. El de la D llega para su traslado, con el brazo inmovilizado.

Procedían al traslado de la ambulancia A a la D. Recordemos, de la primera a la cuarta.

En resumen: "Eso parecía una manifestación de ambulancias". Viendo el panorama, Óscar quiso cerrar la ventana y seguir con sus quehaceres. Pero la situación era tan intensa que no podía evitar quedarse un rato más. Y menos mal que se quedó, porque faltaba todavía más emoción. Interviene la policía.

Mientras tanto, llega la grúa del turismo accidentado y se pone a hacer fotos a diestro y siniestro. Mucho que documentar. Los policías, hablando con el personal de las ambulancias A y C. En este punto la B y la D ya se habían ido a hacer los traslados de los heridos.

"Todavía mejor", explica. Aparecen por ahí un periodista con su cámara. "Solo pueden ser de Cuarto Milenio", dice irónicamente ante la escena surrealista.

Mientras tanto, en la acera se producían pequeñas crisis. Primero un señor en silla de ruedas que no podía pasar porque el vehículo accidentado le impedía el paso. Después, la policía esperando pacientemente a que el conductor del turismo atendiera a los medios para tomarle declaración.

Una escena de película de Almodóvar cuanto menos que tuvo a Óscar pegado a la ventana toda la tarde y a miles de personas pegadas a su Twitter después.