"Hemos puesto verde al Govern", clamó a mediodía desde la tribuna el sindicalista Toni Baos, de CCOO, ante las más de 4.000 personas concentradas frente a la sede del Ejecutivo autonómico balear, en Palma, casi todas vestidas de verde "contra los recortes y la imposición del trilingüismo" en las aulas. Las concentraciones de Menorca e Ibiza sumaron otro millar al tsunami de la protesta educativa.

Las puertas de muchos colegios presentaban una estampa inusual a primera hora de la mañana. Pancartas reivindicativas a la entrada y apenas unos pocos padres y madres que acompañaban a sus hijos, puntualizando muchos que estaban con la movilización, pero no tenían dónde dejarlos. Los servicios mínimos, que hasta la fecha se habían reducido al equipo directivo y en esta ocasión los ha elevado el Ejecutivo hasta el 30%, se harían cargo.

La concentración ante sede del Gobierno balear puso el colofón al primer día de la huelga indefinida, apoyada por todas las fuerzas sindicales, la asamblea de docentes, los inspectores de Educación y las asociaciones de familias.

Los convocantes cifraron en más del 90% en el sector público y el 40% en la concertada, y e Govern, en el 22%.