El indicador de fertilidad en España, que mide el número de hijos por mujer en edad fértil, se incrementó en el 2007 y ya alcanza a la media europea. Concretamente, las españolas tienen ahora una media de 1,39 hijos, según los datos hechos públicos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En el conjunto de España, la lista provincial está encabezada por Ceuta (2,7 hijos por mujer), Melilla (2,6), Murcia (1,65), Almería (1,59), Sevilla (1,56) y Tarragona y Girona (1,53), mientras que en el furgón de cola se sitúan Zamora (0,89 hijos por mujer), Ourense y Lugo (0,94) y Palencia y Asturias (1,01).

Los datos presentados ayer, todavía provisionales, muestran que el año pasado hubo en España 491.183 nacimientos y 384.442 defunciones, lo que supone un crecimiento vegetativo (sin contar inmigración) de 106.741 personas. En este sentido, aún se está muy lejos de la década de los 60 y 70, cuando era habitual que la población española aumentara por causas naturales en más de 350.000 habitantes anuales. La tasa bruta de natalidad del 2007 se situó en 10,95 nacimientos por cada 1.000 habitantes.

EXTREMADURA, ESTANCADA Madrid, Andalucía, Catalunya y la Comunidad Valenciana siguen sustentando el crecimiento vegetativo de la población española, con un incremento en el 2007 de 106.741, 32.751, 30.929 y 13.859 personas, respectivamente. En el otro extremo, con crecimientos negativos considerables, se encuentran Asturias (--4.727), Castilla y León (--6.768) y Galicia (--8.318). La Rioja, Aragón y Extremadura tienen un crecimiento estancado al margen de la inmigración.

En el conjunto de la Unión Europea, el aumento de la natalidad y el reciente ingreso de países del Este han contribuido a situar a España en la mitad de la tabla. Según la oficina de estadística Eurostat, la clasificación --los datos corresponden a 2006, el último año disponible-- está encabezada por Francia (dos hijos por mujer), Irlanda (1,90), Suecia (1,85) y Finlandia y el Reino Unido (1,84). En las últimas posiciones se sitúan Eslovaquia (1,24), Polonia (1,27) y Lituania, Rumanía y Eslovenia (1,31). La evolución de la tasa en España merece un capítulo especial porque pasó de 2,8 hijos por mujer en 1975, muy por encima de la media europea, a ocupar la última posición en 1996, con 1,16.

Las españolas se han animado a tener más hijos en los últimos años, es cierto, pero el tirón corresponde abrumadoramente a la población extranjera. Por ejemplo, los nacimientos de mujeres de origen extranjero aumentaron un 16,4% el año pasado y alcanzaron los 92.992, una cifra que ya equivaler al 18,9% del total de nacimientos. Destacan sobre todo las mujeres marroquís, cuyos hijos supusieron el 21,6% del total de recién nacidos de madre extranjera.

El informe muestra que el año pasado también aumentó la mortalidad, de 371.478 (2006) a 384.442 (2007), lo que equivale a una tasa de 8,57 defunciones por 1.000 habitantes. Un resultado curioso se obtiene al analizar los fallecimientos de extranjeros residentes en España: los ciudadanos comunitarios, que representan el 40% de la población extranjera, totalizan el 73% de los decesos. La razón es clara, dice el INE: "Se trata de ciudadanos con edades medias más avanzadas". El 24% de los fallecidos extranjeros en España son británicos, mientras que apenas mueren suramericanos o africanos.