Aún faltan dos días para el inicio de la Cumbre del Clima de Madrid y ya empiezan a oírse palabras gruesas contra la decisión de los Estados Unidos de retirarse del Acuerdo de París. La ministra en funciones para la Transición Ecológica y principal responsable de la organización de la COP25, Teresa Ribera, calificó ayer la actitud del presidente norteamericano Donald Trump hacia el calentamiento global de «absolutamente irresponsable».

Probablemente no será la última ni la más acentuada crítica que se oiga contra el líder republicano durante las dos semanas que durará la conferencia. La decisión de Trump de romper la adhesión al Acuerdo de París (2016) que en su día firmó Barak Obama, aunque no ha arrastrado a ningún otro país, puede servir de excusa a otros grandes contaminadores para rebajar su nivel de compromiso.

Ribera afirmó que la actitud de Trump es irresponsable tanto «a los ojos del planeta en su conjunto, porque lo hará la primera economía del planeta y nos afecta a todos, como hacia los intereses de la sociedad estadounidense». La salida de Estados Unidos del pacto alcanzado en París tendrá lugar no antes del 4 de noviembre del 2020, el día después de las próximas elecciones presidenciales, donde Trump se presentará a la reelcción para intentar alargar su mandato.

No sería nada extraño que en el acto inaugural del próximo lunes, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, sigan por la misma senda que Ribera. En un acto en el que participaba la ministra, el director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Fatih Birol, lamentó que los gobiernos se estén «rindiendo» en la lucha contra el cambio climático y les pidió «la mayor responsabilidad».

MANIFESTACIONES ÚTILES / Si algo han conseguido las protestas juveniles y las manifestaciones que recorren desde hace meses las calles europeas es convencer a los ciudadanos de que este tipo de iniciativas tienen un impacto directo, tanto a nivel nacional como europeo, y que pueden contribuir a cambiar las cosas y frenar el cambio climático. Así lo piensan 6 de cada 10 ciudadanos, según un nuevo Eurobarómetro que publicó ayer el Parlamento Europeo, que sitúa al cambio climático como el principal desafío al que dar prioridad.

La encuesta fue realizada en el mes de octubre -después de las mayores marchas por el clima- y en la anterior, previa a las elecciones europeas de mayo, ya empezaba a ascender como la principal preocupación de los europeos. Así lo afirma el 32% de los encuestados, por delante de la lucha contra la exclusión social y la pobreza (31%), luchar contra el terrorismo (24%), combatir el desempleo y avanzar hacia el pleno empleo (24%) e invertir en educación de calidad (22%).

Un resultado que esconde grandes diferencias. Los más preocupados por este problema son los países del norte de Europa: Suecia (62%), Dinamarca (50%), Holanda (46%), Finlandia (42%) y Alemania (40%). En el caso de España, la principal preocupación sigue siendo la lucha contra la exclusión social y la pobreza (39%), por delante del paro (38%) y el cambio climático, la tercera cuestión más mencionada (36%).

En cuanto a los problemas medioambientales más preocupantes el más urgente para los europeos es el cambio climático (52%) -salvo en los países del este de Europa- por delante de la contaminación del aire (35%), la contaminación marina (31%), la deforestación (28%) y el aumento de los residuos (28%). Además, en 20 de los 28 estados miembros los ciudadanos están convencidos de que las protestas tendrán impacto y servirán para presionar a los gobiernos. Particularmente, así lo creen los irlandeses (74%), los suecos (71%) o los chipriotas (70%).