La tendencia no deja lugar a dudas, cada vez más embarazos acaban en aborto. Los datos hechos públicos ayer por el Ministerio de Sanidad revelan que esta práctica se ha duplicado en una década y ha aumentado el 10,8% entre el 2005 y el 2006. En 1996, 49.367 mujeres interrumpieron su gestación, mientras que en el 2006 lo hicieron 101.592, una de cada 100 mujeres en edad fértil. La estadística recopilada por el departamento que dirige Bernat Soria demuestra que sigue fallando la formación sobre salud reproductiva entre adolescentes y que, en general, los procedimientos de control de embarazos no han calado suficiente.

Los datos son abrumadores. Si en 1995 hubo 20.199 abortos en mujeres de entre 20 y 29 años, ahora ya se cuentan 50.712. Entre las adolescentes de 15 a 19 años también han subido, aunque menos: han pasado de 6.957 a 13.894 (el 14,6% más).

FORMACION DEFICIENTE Margarita Delgado, demógrafa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), informó de que más de la mitad de las menores que se quedan embarazadas detienen la gestación. ¿Culpable? La deficiente educación sexual en los colegios desde la preadolescencia. "Las campañas de Sanidad están muy bien, pero hace falta más labor pedagógica sobre los métodos anticonceptivos y salud reproductiva", advirtió Delgado.

La experta llamó la atención sobre la trayectoria alcista de interrupciones que se registra de los 25 a los 39 años, casi el 15%. A la espera de análisis más precisos, apuntó como principal causa la elevada cifra de inmigrantes en este segmento de población. En comunidades como Madrid, más de la mitad de las mujeres intervenidas son extranjeras. Pero el dato no es extrapolable. Su cuantía se conocerá cuando se cierre el recuento del 2007, en el que las estadísticas preguntan la nacionalidad de la mujer. Este dato es básico para saber cómo enfocar la política en materia de prevención.

Delgado defendió que habría que hacer campañas específicas de información hacia las mujeres extranjeras, adaptadas a cada situación, así como facilitarles las citas a los centros de planificación e incluso métodos anticonceptivos gratis.

Las estadísticas también muestran que sube la tasa de repetición de abortos. Casi la cuarta parte de las mujeres que interrumpen su embarazo optaron por abortar en una ocasión anterior. Más del 5% se enfrentaban a su segundo aborto. "Como ocurría en los países del Este, el aborto no puede ser un anticonceptivo más", abundó la demógrafa, quien insistió en que no se puede estigmatizar a la población inmigrante. También apuntó que el 61,24% de las embarazadas que abortan son asalariadas, el 15% están en situación de paro y más de la mitad ya tenía un hijo.

La Federación Española de Planificación Familiar también comparte que la educación sexual tiene una relación directa en el aumento o descenso de los embarazos y abortos a edades tempranas. A su juicio, por presiones de la Iglesia no se traducido nunca en una asignatura concreta ni ha funcionado a plena satisfacción.

El director de la Fundación Vida, Manuel Cruz, también achacó el aumento de los abortos a la inmigración, y aseguró que "seis de cada diez abortos los llevan a cabo inmigrantes", ya que "la mujer española rechaza en parte el aborto" y afirmó que la política de prevención basada en "la contracepción" es "echar gasolina al fuego".

Cruz criticó que en el cómputo de abortos "no se suman los que se producen por procedimientos químicos, como la píldora del día después", que causa el aborto "si se ha producido la fecundación".

Para el director de la Fundación Vida, las mujeres inmigrantes jóvenes comienzan la actividad sexual a edades más tempranas que las españolas, y tienen más parejas sexuales, y señaló que el número de abortos "está estancado entre las españolas", informa Europa Press.

También aseguró que "siempre ha habido falta de control en las clínicas abortistas" y señaló que "hay casos que no se declaran". "Nunca se ha inspeccionado, y cuando lo han hecho han encontrado lo que tenían que encontrar", señaló, además de pedir inspeccionar las clínicas".

En cuanto a la prevención del número de abortos, Cruz aseguró que en los últimos 22 años, desde la despenalización de la interrupción del embarazo, "se ha echado gasolina al fuego, pensando que el aumento de la contracepción reduciría el número, pero ha aumentado la conducta de riesgo", lo que, según su opinión, ha elevado el número total de abortos.

El ginecólogo Santiago Barambío y portavoz de la Asociación de Cataluña de Planificación Familiar, pidió, por su parte, un manejo cuidadoso de las cifras. A su juicio, en el aumento hay que tener en cuenta que ha crecido el número de las mujeres en edad fértil.