Melocotones, ciruelas y sandías --que desde el pasado 30 de mayo se han abaratado entre un 35% y un 42% en origen-- han sido las víctimas colaterales de la crisis del pepino. Y nadie ha pensado en ellas.

Por eso, anunció ayer el secretario general de Medio Rural, Eduardo Tamarit, el Gobierno trabajará ante la Unión Europea para que se reforme el reglamento aprobado el martes y se amplíen las indemnizaciones a otros productos hortícolas que han tenido pérdidas relacionadas con el brote E. Coli.

El documento de Bruselas solo tiene en cuenta a pepinos, tomates, pimientos, calabacines y lechugas, pero se olvida de las frutas de hueso, que se encuentran en plena cosecha.

Tamarit explicó que Gobierno, agricultores, cooperativas y exportadores se han comprometido también a trabajar unidos para sacar el "máximo rendimiento" a las indemnizaciones de 210 millones aprobadas en el mismo reglamento, "claramente insuficientes". "No vamos a perder la oportunidad de traer todo el dinero que podamos para los productores españoles", dijo Tamarit.

CHEQUE PROPIO En opinión de Miguel López, secretario general de la Confederación de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (COAG), el reglamento parece diseñado para beneficiar a los países del centro de Europa. Para evitarlo, las asociaciones reclamaron un "cheque propio" de ayuda país por país que cubra el 100% de sus perdidas.

El objetivo es frenar "el efecto dominó", que empezó con el pepino y "que ha provocado que otros alimentos, como las frutas y verduras frescas, se hayan resentido de la mala imagen generada desde Alemania", indicaron fuentes de Joves Agricultores de Catalunya (JARC).

UNA SITUACION NORMAL Esta organización considera que "estas semanas se están viviendo descensos en las cotizaciones que no están justificadas en una situación normal de mercado". La UE, denuncian unos y otros, no ha previsto tampoco las producciones que se han tenido que arrancar.