La tasa de nacimientos por cesárea se ha disparado en el mundo desarrollado y ha colocado a España a la cabeza de Europa. El porcentaje de alumbramientos mediante esta operación alcanza el 40% en la sanidad privada y el 23% en la pública, mientras la media europea es del 18% y la OMS sitúa la tasa aceptable entre el 10% y el 15%. El Ministerio de Sanidad está elaborando una estrategia que persigue volver a un parto más natural y humanizado y reducir al menos el 12% las cesáreas.

El plan, que estará concluido en octubre y será consensuado con las comunidades, tratará de eliminar anualmente 12.000 de estas intervenciones quirúrgicas. En la actualidad, unos 100.000 de los 400.000 españoles que vienen al mundo cada año lo hacen por cesárea. Mientras, en Francia e Inglaterra apenas se utiliza esta práctica en uno de cada cinco partos. Además, el parto natural en casa es frecuente en Europa. En Holanda, el 40% de las madres lo eligen.

MIEDO A LAS DEMANDAS Los motivos de las exageradas cifras son varios, según los expertos, y van desde la comodidad que supone un parto programado hasta la práctica de la medicina defensiva ante el temor de los médicos a ser demandados por alumbramientos que acaban mal y al incremento de partos múltiples derivados de las técnicas de reproducción asistida.

La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) apunta que la cifra de la OMS debe ubicarse adecuadamente en España, donde ha aumentado la edad de las madres, puesto que los partos de mayores de 35 años se han duplicado desde 1996 y ya superan el 22%.

El plan del departamento que dirige Bernat Soria, elaborado en colaboración con la SEGO y las asociaciones de matronas, revela que la sanidad pública ha vuelto su mirada al parto natural, con una asistencia más íntima, un mayor protagonismo de la mujer y un uso más adecuado de los fármacos y la tecnología médica. El objetivo es, sobre todo, sanitario y busca que los paritorios de los hospitales dejen de ser meros quirófanos y se conviertan en habitaciones acogedoras. Comunidades como Cataluña, Galicia y Andalucía ya han iniciado un proceso de reconversión sanitaria que tiene por objeto poner fin a lo que muchas voces críticas denominan "la industrialización de la maternidad".

Dolors Costa, presidenta de la Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME), explicó que ocho hospitales de la red catalana ya han puesto en práctica un protocolo que para desmedicalizar el parto cuando no sea de riesgo.