Los gobiernos de España y Mauritania desplegaron ayer un gran operativo de búsqueda para dar con el paradero de los tres cooperantes catalanes secuestrados el domingo a unos 150 kilómetros de Nuakchot. En la búsqueda, coordinada por el Estado Mayor del Ejército mauritano, participan cinco patrullas de la policía, dos aviones militares y un número aún no especificado de miembros del Ejército de Tierra, así como un helicóptero de la Guardia Civil, según confirmaron fuentes militares mauritanas. El rastreo se ha centrado en la zona cercana a la frontera con Malí. Tanto algunos responsables gubernamentales como la prensa local han expresado el temor de que los secuestradores ya hayan cruzado esa frontera, o que se hayan desvanecido entre las dunas del inmenso desierto mauritano.

Los tres cooperantes --el director de las empresas Tabasa y Túneles del Cadí, Albert Vilalta, el empresario del sector de la construcción Roque Pascual y la funcionaria judicial Alicia Gámez-- fueron sorprendidos por un grupo de hombres fuertemente armados, según ha relatado un testigo, cuando circulaban por la carretera N-2, la más transitada del país, poco después de las siete de la tarde (hora local). Formaban parte de un convoy de ayuda solidaria formado por 13 vehículos, cinco camiones y ocho todoterrenos.

LA PRINCIPAL HIPOTESIS El ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, habló el domingo por la noche con el presidente mauritano, Mohamed Uld Abdelaziz, quien le dijo que su Gobierno trabaja con la hipótesis de que los responsables pertenezcan a Al Qaeda, dado que las huellas de los vehículos usados por los secuestradores apuntan a esa organización terrorista, así como la descripción del testigo ("eran islamistas por su indumentaria, y llevaban barba larga") y las sospechas de los medios de Nuakchot. Las primeras investigaciones, sin embargo, no descartan aún que sea obra de unos simples bandidos.

OFERTA DE PARIS En un principio ha causado sorpresa que el secuestro ocurriera en esta carretera, en la zona oeste del país, supuestamente la más segura, pero algunas fuentes en Mauritania han dicho que la carretera es peligrosa y han explicado que, de alguna manera, "es una ventana directa al desierto", es decir, un lugar idóneo para actuar y desaparecer con rapidez, sobre todo si es de noche.

A ese escenario se enfrenta el despliegue militar conjunto, cuyo esquema no está del todo claro: anoche, fuentes del Gobierno español negaron que la Guardia Civil esté participando activamente en la búsqueda, apuntaron que el helicóptero se encuentra estacionado en Nuadibú y dijeron que Mauritania no ha pedido ayuda porque dispone de los "medios suficientes para llevar a cabo la operación".

El Gobierno de Abdelaziz no solo tiene a disposición los medios españoles (que incluyen a 30 agentes de la Guardia Civil y miembros del dispositivo Frontex contra la inmigración ilegal), sino la oferta de Francia de aportar un avión. Fuentes diplomáticas explicaron que España dispone de otro helicóptero y un avión en Senegal, pero no han sido requeridos. Aunque de poco vale en medio del desierto, Mauritania ha cerrado sus fronteras con Argelia y Malí.

TRES FRANCESES RAPTADOS Ayer también se conoció la noticia del secuestro de tres cooperantes franceses en Chad y en la República Centroafricana. Un grupo autodenominado Aguilas Libres Africanas amenaza con matarlos si el Gobierno francés no lidera las negociaciones.