España precisará de un mínimo de cuatro millones de trabajadores extranjeros más para atender las necesidades de su mercado laboral en el año 2020, según un estudio encargado por el Instituto de Estudios Autonómicos, que depende de la conselleria de Relacions Institucionals. Esta cifra se conseguiría tan solo si se cumplen una serie de condiciones casi draconianas, como alcanzar una tasa de actividad femenina superior a la de los países escandinavos y si se calcula un paro del 3%, menos de la mitad del actual. De no ser así, la demanda de empleados foráneos que prevé el informe, en una proyección moderada de los datos económicos, es de 6,6 millones personas.

El autor de España 2020: un mestizaje ineludible , el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Bellaterra Josep Oliver, atribuye a la baja natalidad y a la pujante marcha de la economía la diferencia entre individuos que se incorporan al mercado laboral y los que se jubilan. "Esta es una sociedad que decidió no tener hijos", afirmó Oliver en la presentación del estudio. El catedrático calcula que en el 2009, si no llegan nuevos inmigrantes, aquellos que se jubilen superarán en número a los que se incorporan al mercado laboral. Y esa tendencia se prolonga hasta más allá del año 2020.

El estudio fija una horquilla que va de los 2,3 millones de inmigrantes necesarios, en caso de crisis económica continua, y los 9,8 millones, si se produjera una expansión máxima de la ocupación y hubiera pocos autóctonos en los puestos de trabajo menos cualificados.

TRABAJADORES Y FAMILIA El número total de inmigrantes, sin embargo, sería aún superior pues al contingente laboral habría que sumar a sus familias. Según los datos que manejan los expertos, cada trabajador que recala en España viene acompañado de 0,7 personas más. Es decir, esos cuatro millones de trabajadores se traducen en 6,8 millones de inmigrantes. Aplicada esa corrección a la proyección que fijaba en 6,6 millones el cupo necesario, la cifra total sería de 11,2 millones de personas. Es decir, el equivalente al 25% de la población española. Actualmente viven en España más de cuatro millones de extranjeros.

Oliver diferenció entre la España que acoge a gran parte de la inmigración ( Andalucía, Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Islas Baleares,) del resto. Así, tanto Madrid como Cataluña serían el destino de cerca de un millón de personas entre 16 y 64 años y en disposición de trabajar. Andalucía recibiría entre entre 600.000 y un millón, y Valencia entre los 500.000 y los 800.000. Oliver dijo que el informe se inició en el 2003 y lo desvinculó de la polémica sobre inmigración abierta en verano con la llegada de centenares de inmigrantes a Canarias a bordo de cayucos.