Treinta personas sanas, de 18 a 55 años, recibirán de forma voluntaria el próximo enero en los hospitales Clínic, de Barcelona, y Gregorio Marañón, de Madrid, las primeras inyecciones de una vacuna contra el sida que busca atenuar los efectos de una infección por VIH. El fármaco intentará evitar que los seropositivos desarrollen las enfermedades que definen al sida, pero se deberá administrar antes de que el contagio se produzca, en individuos sanos.

La vacuna no pretende impedir la infección del VIH, algo que en estos momentos resulta una utopía para la comunidad científica, dada la inmensa capacidad de mutación diaria del virus en un solo infectado.

El ensayo, sin precedente en España y que no concluirá antes de 10 años, podría conducir al primer fármaco que frene la capacidad de replicación del VIH una vez ha infectado, lo que evitaría a los afectados tomar los fármacos, muy tóxicos, que componen su terapia indefinida.

CELULAS DEFENSIVAS En esta primera fase de la investigación se intentará comprobar si el inmunógeno de la vacuna despierta en las células defensivas del cuerpo --el sistema inmunológico-- los anticuerpos que evitarían el avance del sida. También se busca constatar que no es muy tóxico. En una segunda fase, que se iniciará hacia el 2011 con 3.000 voluntarios, se pondrá a prueba el poder real de la vacuna.

La sustancia, MVA-B, ha sido diseñada por el equipo del investigador Manuel Esteban, del CSIC, que la ha patentado. El ensayo, que se coordinará desde el Clínic, está financiado con una beca del Fondo de Investigaciones Sanitarias (FIS). Colaboran la fundación Eurovacc y la Red de Investigación en Sida (RIS).

Conscientes de la gran expectativa que provoca cualquier alusión a una vacuna antisida, los investigadores reiteraron la realidad en que se encuentran. "Ningún ensayo sobre vacunas terapéuticas para mejorar la vida de los enfermos o preventivas del sida ha tenido éxito hasta ahora --afirmó Juan Carlos López Bernaldo de Quirós, del Gregorio Marañón--. Sería poco ético hablar hoy de plazos y fechas sobre una posible vacuna efectiva".

La MVA-B contiene cuatro antígenos modificados del subtipo B del VIH, el más frecuente en Europa y el resto de occidente. Su vector es una versión inactivada del virus vaccinia, que se empleó como vacuna para erradicar la viruela. La sustancia no podría provocar una infección del VIH, ni tampoco la viruela. "En ningún caso", reiteraron.

A diferencia de las vacunas convencionales, que actúan en la superficie de las células que intentan proteger para que estas generen anticuerpos, la MVA-B se adentrará en el núcleo de esas células, las CD-4, T-4 y T8 inmunológicas. De esta forma, estas se adaptarán a la presencia del VIH y reducirán su acción si hay infección. Por peculiaridades del virus, la sustancia dejaría de ser efectiva a las 48 o 72 horas del contagio del VIH. Se sabe que pasado ese lapso, el virus invade las células latentes, su reservorio, donde permanece alojado indefinidamente, inaccesible a los fármacos y vacunas conocidos.