España empieza a respirar. Las emisiones de gases causantes del cambio climático registraron en el 2006 un descenso importante no tanto por su dimensión, que fue un escaso 2,7% con respecto al 2005, sino porque se pone fin a una década de aumento desbocado que había convertido a España, junto a Canadá, en los países que más incumplían el protocolo de Kioto. Una lectura a fondo de los resultados da pistas para confiar en que la tendencia a la baja pueda seguir en los próximos años.

Los datos fueron presentados ayer por el editor en España de la revista World Watch, José Santamarta, principal elaborador del estudio, y por Joaquín Nieto, responsable de Medio Ambiente del sindicato CCOO. No se trata de un informe más, sino del estudio que cada año todos los expertos dan por bueno, dado que los datos oficiales tardan un año más en aparecer y suelen diferir muy poco. La cifra del 2005, por ejemplo, solo cambió en tres centésimas.

¿Cómo queda ahora España repecto a Kioto según el informe? Con respecto a los niveles de 1990, empleados como referente, nuestro país se comprometió a aumentar la emisiones de CO2 en un máximo del 15% en el horizonte del 2010. El 2005 se había cerrado con un escandaloso incremento del 52,16%. Ibamos camino de cuadriplicar el límite fijado. Ahora se ha bajado al 48,05% gracias a que se emitieron 12 millones de toneladas menos: de 440 a 428, el 2,7%. ¿Cuántas ahorró el uso de la energía eólica Fueron 16 millones. Sin los molinos de viento hubiéramos seguido subiendo.

Esa ha sido una de la claves para que, por vez primera, los gases se hayan reducido en un contexto muy desfavorable, caracterizado por un fuerte crecimiento económico (el PIB aumentó el 3,9%) y de población (hay 600.000 personas más).

EL PETROLEO Hay, por supuesto, otros factores. Casi el más importante fue el alza de los precios del petróleo, el carbón y el gas, que redujeron su consumo, así como un año meteorológicamente benigno, que frenó el uso de aires acondicionados y calefacciones. También influyeron las medidas de los gobiernos central y autonómico pero, según Santamarta, "no han tenido un impacto significativo".

Con los nuevos datos, sigue siendo muy difícil cumplir con Kioto, pero todavía es posible. Hay que recordar que no es necesario bajar al 15% comprometido. España ya ha subido el listón al 37% utilizando los denominados mecanismos de flexibilidad, que permiten descontar de las emisiones las inversiones que se hagan en energías limpias de terceros países y la absorción de CO2 por la masa forestal.

Para llegar a ese 37% (nos separan del objetivo 95 millones de toneladas), Nieto advirtió de que "hay que cambiar algunas políticas", especialmente las dirigidas al sector del transporte (automoción y aéreo, sobre todo), imponiendo la siempre pendiente fiscalidad verde. "Se trata de sustituir el efecto que ha causado el aumento del petróleo por una fiscalidad que desincentive el consumo contaminante", precisó.