España es el país europeo donde más cocaína se consume por habitante, en reñida pugna con el Reino Unido por este desgraciado liderazgo. El informe anual de la Junta Internacional de Estupefacientes (JIFE), órgano dependiente de la ONU, recordó ayer que el 3,1% de los españoles la esnifaban de forma habitual en los años 2007 y 2008. Pero, según los datos oficiales del Ministerio de Sanidad, el consumo bajó en el 2010 al 2,6% de la población, un porcentaje que situaría a España detrás del Reino Unido, según matizó ayer la delegada del Plan Nacional Sobre Dorgas (PNSD), Nuria Espí.

La delegada subrayó que este descenso se ha producido por primera vez en 15 años en España a pesar de que, como sostiene el organismo internacional, es el principal país de entrada de esta droga en Europa. De las casi 35 toneladas intervenidas en las aduanas europeas, España capturó 18.

"El descenso no es para echar las campanas al vuelo y nos gustaría que fuera mayor, pero demuestra que están funcionando los planes de medidas de prevención, asistencia y lucha contra esta droga, las de diseño y los opiáceos", defendió Espí.

Los expertos internacionales apuntan a la "tradición de vida nocturna" que existe en España y el Reino Unido como una de las causas de este coliderazgo en cocaína. Ignacio Calderón, director general de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), explicó que el consumo estaba antes muy centrado en yuppies, alta sociedad y gente de dinero. "Pero se ha incorporado al estilo de vida que España tiene implantado desde hace años, con noches de fiesta interminables en las que participan los jóvenes. Ahí la cocaína es la reina", lamentó.

DEMASIADOS ANALGESICOS El informe de la JIFE alerta del uso excesivo de analgésicos para fines ilegales como el dopaje y del aumento incontrolado de las nuevas drogas de diseño, que se fabrican modificando ligeramente la estructura de sustancias legales, por lo que quedan al margen de medidas fiscalizadores. También advierte de que en internet se encuentran con facilidad instrucciones para producirlas y de que resultan muy peligrosas para la salud. Una de ellas, la metedrina, ha causado ya 37 muertes en el Reino Unido e Irlanda.