España se mantuvo el año pasado como el primer destino turístico de la UE, con 272,8 millones de pernoctaciones hoteleras, el 2,3 por ciento más que en 2006, según los datos facilitados hoy por Eurostat, la oficina estadística comunitaria. El número de noches pasadas en hoteles de toda la UE en 2007 ascendió a 1.577,7 millones, tras aumentar el 3,1 por ciento respecto al año anterior.

Tras España, los países europeos más visitados el año pasado fueron Alemania (214,8 millones de pernoctaciones hoteleras), Francia (203,8 millones) y Reino Unido (177,6 millones), aunque faltan los datos de Italia, que en 2006 registró 249,9 millones de pernoctaciones. Según los cálculos de Eurostat, esos cinco países contabilizaron el 70 por ciento de las noches pasadas en hotel en toda la Unión.

En cuanto al origen de los turistas, más de la mitad de las pernoctaciones en hoteles de los Veintisiete (855,5 millones, el 54,2 por ciento del total) fueron de residentes en el territorio nacional. En el conjunto de la UE, el turismo dentro del propio país aumentó más (el 3,6 por ciento), que el de los extranjeros, que creció el 2,4 por ciento (hasta 722,4 millones de noches en hoteles). España es el único país de los cinco primeros destinos turísticos europeos que recibe más visitantes extranjeros que nacionales. Así, el año pasado los hoteles españoles registraron 155,4 millones de pernoctaciones de no residentes (el 2,4 por ciento más que en 2006) y 117,4 millones de residentes (el 2,2 por ciento más).

España lidera las visitas de extranjeros, pero en llegada de ciudadanos residentes superan a España tanto Alemania (170 millones de noches en hoteles) como Italia (141 millones en 2006) y Francia (131 millones). Los países que el año pasado vieron aumentar más el flujo de turistas fueron Polonia (con el 11,5 por ciento más de pernoctaciones), Rumanía (9,1 por ciento más), Letonia (9 por ciento), Malta (8,5 por ciento) y Holanda (8,3 por ciento). Chipre fue el único Estado miembro en que cayó el número de turistas (el 4,5 por ciento), mientras que en Austria y Eslovaquia creció por debajo del 2 por ciento.