Un descenso de las lluvias, especialmente en verano, intensas olas de calor cada cinco o seis años, un aumento de la salinidad del mar y nevadas cada vez menos copiosas. Esas son, a grandes rasgos, las principales consecuencias negativas que el cambio climático tendrá en España en las próximas décadas, según se desprende del informe presentado ayer en París por el grupo internacional de 2.000 expertos en clima a las órdenes de la ONU.

Aunque el documento no entra en la descripción de lo que ocurrirá en cada país, sí que contiene predicciones distribuidas por grandes zonas geográficas que permiten trasladarlas a la península Ibérica. Y eso es lo que hicieron el director del Instituto Nacional de Meteorología (INM), Francisco Cadarso, y el secretario para la Prevención del Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente, Arturo Gonzalo.

Los expertos afirman, por ejemplo, que en la zona oeste del mediterráneo las precipitaciones del periodo 2090-2099 se reducirán en los meses de junio, julio y agosto en un 20% respecto al periodo 1980-1990. En invierno también se producirá una caída de la pluviosidad, aunque no será tan intensa. Las escasas lluvias que se producirán tendrán, con más frecuencia que ahora, carácter torrencial.

EN EUROPA En el norte de Europa sucederá justamente el fenómeno inverso. Lloverá más. Pero también subirá más el termómetro. En España el aumento de la temperatura se situará, en cambio, cerca de la media mundial --entre 1,8 y 4 grados en el 2100--, pero aquí las olas de calor serán más intensas y frecuentes. El calor tropical que azotó España en el 2003 y se cobró decenas de víctimas podría repetirse cada 5 o 6 años.

Los expertos españoles se negaron a ir más allá en las concreciones. El documento de la ONU no lo permite. Medio Ambiente prepara, sin embargo, con el concurso del INM, unas predicciones regionalizadas para España que se presentarán en la reunión del Consejo Nacional del Clima que tendrá lugar el próximo día 13.

Mirando hacia atrás, el director del instituto meteorológico certificó que, con leves variaciones, el análisis del informe se ajusta a las mediciones efectuadas en España. Si la media de aumento mundial de temperatura fue de 0,76 grados, en España ha sido de 0,9. Pero no puede decirse que aquí haya sido superior porque el dato planetario se refiere a mediciones efectuadas a partir de 1850, y el de España, a partir de 1931.

También en España, los años más recientes se cuentan entre los más cálidos del siglo.