El AVE y las infraestructuras españolas parecen haber pasado con éxito la prueba de fuego. El secretario de Transportes de EEUU, Ray LaHood, concluyó ayer su viaje de dos días, sospechosamente repleto de elogios al tren veloz español. El mismo Barack Obama ha cantado sus excelencias y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha echado el resto en la venta de la alta velocidad, en una visita que deja entrever un intenso trabajo diplomático.

Algunos observadores ligan este "inicio de posible acuerdo" --en palabras de fuentes de Fomento-- al compromiso del Ejecutivo español de frenar la desbocada piratería de productos musicales y cinematográficos estadounidenses. Encantado de su visita para conocer el AVE, LaHood anunció que la Casa Blanca evaluará a partir de la próxima semana "el mejor uso para los 8.000 millones de dólares (5.600 millones de euros) previstos para impulsar la alta velocidad americana".

En una comparecencia conjunta con el ministro de Fomento, José Blanco, LaHood afirmó que los trenes rápidos de España, Francia y Alemania "son todos magníficos" y explicó, eludiendo concretar cualquier compromiso, que en en unos días el vicepresidente Joe Biden, se reunirá con los interesados en la alta velocidad en Washington.

Tampoco quiso aventurarse sobre posibles contratos y advirtió de que "serán los ciudadanos los que decidan" entre las ofertas que lleguen. Velocidad extraordinaria, gran belleza y enorme potencial fueron algunos de los piropos al AVE del enviado de Obama. De paso, emplazó a Zapatero a una visita "en breve" a Estados Unidos.