Si no se hace nada para frenar el cambio climático, España corre el riesgo de sufrir a finales de siglo unos veranos similares a los que hoy dominan en los desiertos más cálidos de la Tierra. La temperatura media de julio podría ser entre 7 y 8 grados superior a la actual en la mayor parte de la península, mientras que en el resto del territorio los valores estarían entre 4 y 6. Esta es al menos la previsión más catastrófica prevista por Meteorología en su informe Escenarios Climáticos Regionalizados para España, cuyo texto completo será presentado el próximo martes.

El avance del informe se refiere a las consecuencias que tendría en España la peor de las posibilidades previstas, basada en el llamado escenario A2 del IPCC (Grupo Intergubernamental de Cambio Climático), que en líneas generales equivale a un mundo con un crecimiento demográfico considerable, poco eficiente energéticamente y con buena parte de los países al margen del desarrollo tecnológico. Los expertos que han colaborado con el INM han analizado la evolución de las temperaturas en España a través de tres modelos informáticos de cálculo climático (británico, canadiense y alemán) cuyos resultados coinciden en lo básico.

Tal como sugerían estudios anteriores a partir del IPCC del 2001, los mayores aumentos se concentrarán en verano y en las zonas de clima más continental. La previsión es realmente catastrófica si se tiene en cuenta que en los excepcionales julio del 2003 y el 2006, los más cálidos de las últimas décadas en buena parte del país, los termómetros solo subieron entre tres y cuatro grados con respecto al promedio 1970-2000.