La ciudadanía española está mayoritariamente a favor de que se prohíba fumar en los coches cuando hay menores, como ya han hecho algunos países nórdicos o Japón. Ocho de cada diez personas apoyan la medida, nueve puntos porcentuales más que hace un año y después de que el Gobierno de Pedro Sánchez, tanto el Ministerio de Sanidad como la DGT, esté estudiando implantar una restricción.

En esta coyuntura, la encuesta que la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC) publica con motivo de la celebración de la Semana Sin Humo aprecia un «significativo aumento» del número de personas favorables a endurecer la ley antitabaco pero cuando hay niños en el vehículo, puesto que la posibilidad de que se prohíba el tabaco siempre al volante solo la apoyan un 54,2% de los encuestados, seis puntos menos que el año pasado. Mucho más amplia es la aceptación (el 75,4%) de que se impida fumar en piscinas o centros comerciales abiertos; mientras que el beneplácito a que se restringa en estadios deportivos está en el 63,4%.

Y es que el tabaco es un problema que crece y que está retrotrayendo a España a niveles previos a la ley antitabaco, que fue pionera y aumentó el rechazo hacia los cigarrillos pero que ahora se incumple y, por tanto, según los expertos, aumenta el nivel de aceptación hacia los fumadores y las personas que adquieren el tóxico hábito.

Según el sondeo de la SemFYC, ha aumentado un 3,3% el número de adictos al tabaco en el último año mientras que los exfumadores encuestados afirman que dejaron este hábito hace diez años o más, justo en los albores del endurecimiento de la ley. «Desde entonces hay cosas que se han dejado de hacer», critica la portavoz en abordaje de tabaquismo de la sociedad médica, Lucía Gorreto, quien también rechaza los nuevos dispositivos de consumo, que casi la mitad de los encuestados cree que son menos perjudiciales que el tabaco convencional y uno de cada diez que ayudan a dejar de fumar, cuando los médicos niegan la mayor y avisan de que son tan dañinos para la salud como los cigarrillos convencionales.