Hubo un tiempo en que el bacalao era tan abundante en el mar de Terranova, en Canadá, que pescadores llegados de medio mundo lanzaban allí sus redes y no tardaban en llenar sus bodegas. La fiebre del bacalao duró varios siglos, con los barcos cada vez más potentes, pero llegó un momento en que se acabó: desde 1992, las capturas están prohibidas durante todo el año porque ya no quedan suficientes reservas como para garantizar el futuro de la especie. Ya no hay bacaladeros extranjeros y los locales han tenido que reconvertirse o emigrar. El ejemplo del bacalao es una clara advertencia.

De seguir el ritmo actual de explotación, en el 2048 ya no quedarán caladeros viables de las especies que hoy en día se consideran de interés comercial, según un estudio internacional que ha analizado la evolución histórica de las capturas y ha calculado el ritmo futuro de extinción.

"Según las proyecciones, las especies se habrán colapsado por aquel entonces, hacia el 2050, lo que significa que las existencias serán la décima parte, o menos, de lo que había en 1950", explica uno de los autores del trabajo, el ecólogo marino Enrique Sala, investigador de la Institución de Oceanografía Scripps, en La Jolla (California). El trabajo se publica hoy en la revista Science .

SEDIMENTOS Los investigadores han analizado sedimentos, archivos y registros arqueológicos y han compilado toda la literatura científica disponible y las bases de datos de la FAO de los últimos 50 años, tanto en peces como en crustáceos, moluscos, cetáceos o vegetales marinos.

La conclusión principal del estudio es que los ecosistemas marinos se desequilibran con la desaparición de una única especie y les cuesta más reaccionar ante las agresiones, "se vuelven menos productivos".

En cambio, cuando las especies se encuentran bien, aumentan su capacidad de absorber los impactos de, por ejemplo, la contaminación o la sobrepesca. "Los mares con más biodiversidad se colapsan menos --resume Sala--, independientemente de la abundancia de sus especies".

El estudio confirma que la pérdida de biodiversidad se ha acelerado en los últimos años. "El 30% de las especies comerciales ya están al borde del colapso".