--Cuando usted era máximo responsable del equipo Seat Sport en el Mundial de rallys, ¿espió a los rivales?

--Nunca. Eran otros tiempos, otra especialidad. La F-1 es otro mundo. Fichamos especialistas, un ingeniero francés experto en el diseño, un técnico de chasis. No más.

--Y cuando llegaban, ¿llevaban un pan bajo el brazo; es decir, documentación del equipo que dejaban?

--Como máximo, llevaban encima su libretita de notas. No más. Lo que ocurre es que espiar ahora es más fácil porque todo un Fórmula 1 te lo puedes llevar en un pen drive: el mejor monoplaza cabe en dos gigas. Yo creo que lo que ha aumentado no es el espionaje, sino la facilidad para llevarse la información. Antes, para hacer trasiego de toda esa información, habrían necesitado varias maletas con cientos de kilos de documentos.

--¿Usted se cree eso de que McLaren ha espiado a Ferrari, y Renault, a su vez, a la escudería inglesa?

--El espionaje, el trasiego de ingenieros e información de un equipo a otro, es normal, entre comillas. Sobre todo en el motor sport, es decir, en la competición. ¿Por qué? Porque en las carreras todo se hace con el cronómetro en la mano. No tienes tiempo para crear un ingeniero, tienes que ficharlo ya hecho y que venga con su knowhow conocimiento en la especialidad para poder aprender rápido y aplicarlo al instante.

--Pero aquí ha habido gente que o ha vendido información secreta o ha traicionado a quien le pagaba.

--Eso parece, sí. Pero yo de eso no hablo. Estar en otro equipo y suministrar información o, peor aún, datos sobre la estrategia de carrera me parece pecaminoso, intolerable. Es romper las reglas del juego.

--Tanto en McLaren como en Renault dicen que no han utilizado esa información, que casi ni la vieron.

--Eso me parece bastante naíf. Vamos, que no me lo creo. Cuando los ingenieros de competición examinan unos documentos, unos planos, durante dos horas aprenden mucho de las ideas expuestas. Las soluciones técnicas revolucionarias se ven enseguida. Otra cosa es que las puedas aplicar de forma inmediata. Pero, en la competición, un mes es una eternidad. Créame, los F-1 pueden mejorarse en días.

--¿Por qué se pelean y arriesgan tanto por la información y no por fichar al mejor piloto?

--Si pretendes ganar, las cuatro claves de la F-1 son: dinero, ingenieros, coche y piloto. Por este orden. Como ve, el piloto es el último. ¿Por qué? Porque es el coche quien gana, de ahí que los secretos del coche sean más importantes que las manos o el talento del piloto.

--Perdone, seguro que usted sabe dónde va a correr Alonso.

--Pues no, no lo sé. Podría decir, como dijo Michael Schumacher el otro día, que no me importa, pero sí me importa, y mucho. Creo que fichará por Renault y que se reserva Red Bull como escapatoria. Aun así, dudo que el año que viene tenga un coche tan bueno como el McLaren.