Las empresas marítimas que ponen en riesgo "la vida y el hábitat de cientos de miles de personas" para "maximizar sus beneficios" llevando "el peor fuel en el peor barco" deben saber que pagarán las consecuencias si "queremos evitar que haya una próxima vez". Con este contundente argumento cimentó ayer el abogado del Estado su petición de seis años de cárcel para el capitán del Prestige, Apostolos Mangouras, a quien considera tan responsable de la catástrofe como los dueños del barco cuya aseguradora deberería costear la indemnización.

A diferencia del fiscal, que el día anterior pidió que Mangouras no entre en la cárcel, el letrado que defiende los intereses del Estado Español, Javier Suárez, fue muy duro con el septugenario marino. "No es el único eslabón de la cadena, pero tampoco el más débil, sino uno muy importante. Si hubiese dicho no a navegar en esas condiciones, como hizo su antecesor, el Prestige nunca hubiera zarpado", argumentó, recordando el testimonio de Stratos Kostazos, que se negó a pilotar el barco porque podía "romperse" en cualquier momento por su mal estado.

El abogado describió a Mangouras como un marino que se equivocó en el día más crucial de su vida al poner "siempre el interés del armador por delante del medio ambiente", cuando no colaboró en el remolque o se despreocupó del vertido.

La "avaricia organizada" de la industria marítima transforma al tráfico por mar en "la ley de la selva" sino se le ponen "límites", denunció el letrado, que acabó la presentación de sus conclusiones con un emotivo alegato dirigiéndose al tribunal pero con mensaje para la opinión pública: "Estamos hartos de que Galicia se convierta en el basurero de los países del Atlántico norte".